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CDMX: conflictos en las coaliciones hacia 2024

El problema del PAN y sus aliados es que no tienen candidatos competitivos; el problema de Morena y los suyos es que tienen dos.
mié 18 octubre 2023 11:59 PM
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La Ciudad de México es la entidad con el segundo padrón electoral más grande del país, casi 8 millones de personas.

El proceso para definir la candidatura a la Jefatura de gobierno de la Ciudad de México se le está complicando tanto a la coalición oficialista como a la opositora. Por un lado, el favorito de Claudia Sheinbaum es su exsecretario de seguridad (Omar García Harfuch), pero un sector minoritario aunque muy vocal del obradorismo que prefiere a la alcaldesa con licencia de Iztapalapa (Clara Brugada) lo repudia. Por el otro lado, el sorprendente salto que dio Xóchitl Gálvez a la carrera por la presidencia tuvo el efecto contraproducente de dejar sin su mejor carta al frente opositor en la capital. El problema del PAN y sus aliados es que no tienen candidatos competitivos; el problema de Morena y los suyos es que tienen dos.

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Según la encuesta que publicó ayer Buendía y Márquez , el reconocimiento de nombre de García Harfuch está 3 puntos arriba del de Brugada (67 vs. 64%); su balance de opinión (i.e., positivos menos negativos) es 11 puntos superior (34 vs. 23); y su preferencia para ser el candidato de Morena está 12 puntos por encima de la de ella (39 vs. 27%). Tal vez ambos estén en condiciones de ganar la elección, pero la ventaja de García Harfuch podría tener un mayor efecto de arrastre en la disputa por las alcaldías y el congreso local.

Entre los aspirantes de oposición, solo Margarita Zavala y Sandra Cuevas tienen un reconocimiento de nombre comparable (67 y 59%), mientras Santiago Taboada y Lía Limón no rebasan ni el 40% (36 y 29%); el que tiene el balance de opinión menos malo es Taboada (0), pues Limón, Zavala y Cuevas están en negativos (-3, -18 y -26); y en cuanto a preferencia para ser candidatos, Zavala tiene 14%, Taboada y Cuevas 10% y Limón 7%. En la capital hay un electorado opositor, pero ninguno de esos perfiles parece realmente capaz de entusiasmarlo.

Muchas personas dan por hecho que el alcalde de Benito Juárez (Santiago Taboada) será el candidato del Frente. Sin embargo, el fin de semana pasado, durante un evento para su “destape” formal, Xóchitl Gálvez celebró su aspiración, señaló que era un “gran activo”, pero dijo que “puede haber sorpresas” si en la encuesta del proceso interno surge alguien más competitivo. Además, recordó que hay que esperar a la definición del INE sobre las reglas de paridad de género para las elecciones de poderes ejecutivos en los estados. Quizá por respeto al procedimiento o para guardar las apariencias, quizá porque preferiría que la abanderada fuera otra mujer como ella, quizá porque sobre él pesa la sombra del llamado “cartel inmobiliario”, en fin, puede ser por diversos motivos: el punto es que un espaldarazo propiamente dicho, fuerte y claro, no le dio.

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Muchas otras personas dan por descontado que el voto duro de Morena irá por quien postule el partido, pero interpretan que la inclinación de Sheinbaum por García Harfuch se debe a que el suyo es un perfil más digerible para las clases medias capitalinas que el de Brugada. Sucede, sin embargo, que también es posible que el motivo de su apoyo sea menos, digamos, pragmático. Quizá Sheinbaum no ve con buenos ojos ir en tándem con otra mujer que le puede hacer sombra, que ha demostrado más carisma personal y más arraigo popular que ella, que cuenta con una carrera propia y un liderazgo social que Sheinbaum nunca ha tenido. Quizá la ex jefa de gobierno es como el presidente en ese sentido (para bien o para mal, él ha sido su principal escuela) y está buscando un sucesor a modo, que la siga obedeciendo y le cubra las espaldas, quizá está valorando más la lealtad que el talento y quiere a alguien sin tantos méritos políticos pero que le deba el puesto.

La Ciudad de México es la entidad con el segundo padrón electoral más grande del país, casi 8 millones de personas. Gálvez y Sheinbaum se están jugando demasiado en la presidencial como para no meter las manos, de un modo u otro, en la definición de la candidatura de sus respectivas coaliciones a la jefatura de gobierno. Su destreza para manejar los conflictos sucesorios en la capital será una prueba de su autonomía, su capacidad… y su poder.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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