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El crimen tiene estrategia, el Estado tiene pretextos

Mientras las mafias planifican a largo plazo, el gobierno improvisa respuestas mediáticas. México necesita inteligencia, no más operativos.
jue 30 octubre 2025 06:04 AM
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Diseñar evaluaciones independientes de impacto con líneas base, indicadores cualitativos y cuantitativos y evaluaciones ex post permitirá ajustar políticas y escalar prácticas exitosas. Publicar resultados favorecerá aprendizaje institucional y replicabilidad, considera Alberto Guerrero Baena. (Foto :H. Ayuntamiento de Comitán 2024-2027/Facebook)

14 Pasos concretos para una reestructuración policial municipal.

1. Profesionalización y formación

La base de una policía municipal eficaz es la profesionalización: formación continua, evaluación competencial y certificación externa. Hoy persisten programas fragmentados y currícula desactualizada que generan operativos reactivos y sin protocolos estandarizados. Propongo currículas homologadas por instancias nacionales y centros regionales de formación con módulos obligatorios en derechos humanos, investigación criminal básica, gestión del conflicto y análisis de inteligencia comunitaria.

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2. Remuneración y condiciones laborales

Salarios bajos, jornadas extensas y condiciones precarias fomentan la rotación y la vulnerabilidad a la corrupción. Para retener talento es esencial un escalafón salarial competitivo, prestaciones ligadas a desempeño y rutas claras de promoción profesional. El financiamiento federal condicionado a modernización administrativa puede equilibrar desigualdades entre municipios y garantizar estabilidad laboral.

3. Integridad institucional y combate a la corrupción

La corrupción erosiona legitimidad y permite la colusión con redes criminales. Implementar controles internos independientes, evaluaciones de integridad y sistemas de denuncias protegidas reducirá impunidad. Propongo unidades anticorrupción municipales con autonomía técnica, acceso a auditorías externas y protocolos de coordinación con órganos estatales y federales.

4. Equipamiento y logística adecuados

La carencia de equipamiento desde comunicaciones seguras hasta cadena de custodia limita la respuesta y la investigación. Una política nacional de dotación con inventario unificado, mantenimiento programado, compra centralizada y supervisión ciudadana reducirá discrecionalidad y costos, mejorando la operatividad local.

5. Inteligencia estratégica y análisis de datos

La transición hacia un modelo preventivo exige capacidades de análisis: georreferenciación, mapas de calor y evaluación de patrones delictivos. Crear celdas municipales de análisis integradas a plataformas estatales y al SESNSP permitirá intervenciones focalizadas y basadas en evidencia.

6. Coordinación intergubernamental

La desarticulación entre niveles de gobierno amplifica vacíos. Protocolos operativos, mesas de mando interinstitucionales y acuerdos de interoperabilidad tecnológica deben formalizarse para evitar duplicidades y disputas jurisdiccionales que paralizan la acción policial.

7. Rendición de cuentas y control ciudadano

Sin transparencia no hay confianza. Publicar indicadores clave —incidencia delictiva, tiempos de respuesta, quejas y sanciones disciplinarias— empodera a la ciudadanía. Consejos ciudadanos de vigilancia, con representatividad plural y mecanismos de seguimiento, pueden auditar prácticas policiales y proponer mejoras.

8. Transformación cultural e institucional

La reforma no es sólo técnica; es cultural. Programas de cambio institucional que incluyan liderazgo ético, gestión del talento y capacitación en manejo no violento del conflicto cambiarán incentivos y prácticas. Procesos de selección deben priorizar competencias sociales, resolución pacífica y apego a derechos humanos. La CNDH y otras instancias han señalado la urgencia de promover cultura de legalidad.

9. Profesionalización de investigación local y vínculo con procuración de justicia

La impunidad coopta violencia; fortalecer la capacidad investigativa municipal —preservación de escena, primeros peritajes y cadena de custodia— mejorará resultados judiciales. Convenios con fiscalías y centros forenses, así como formación en técnicas básicas de investigación, son indispensables para romper ciclos de impunidad.

10. Evaluación y métricas de impacto

Sin métricas rigurosas, las reformas son intenciones. Diseñar evaluaciones independientes de impacto con líneas base, indicadores cualitativos y cuantitativos y evaluaciones ex post permitirá ajustar políticas y escalar prácticas exitosas. Publicar resultados favorecerá aprendizaje institucional y replicabilidad.

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11. Diagnóstico transversal

Los diagnósticos oficiales y académicos coinciden: las policías municipales realizan la mayor parte del primer contacto con la ciudadanía pero enfrentan déficits formativos, precariedad y riesgos altos para sus elementos. Esta combinación explica debilidades operativas y la baja percepción de seguridad, y exige una reestructuración integral respaldada por evidencia.

12. Implementación escalonada

Propongo un plan en tres fases: diagnóstico local estandarizado, intervención piloto en municipios representativos y escalamiento condicionado a resultados medibles. El proceso requiere financiamiento condicionado, acompañamiento técnico y cláusulas de evaluación para impedir retrocesos.

13. Enfoque comunitario y perspectiva de género

Incorporar estrategias de policing comunitario —policía cercana, resolución temprana de conflictos y trabajo con redes sociales locales— mejora la confianza y la cooperación ciudadana. La perspectiva de género en protocolos y atención a víctimas reducirá brechas de acceso a la justicia y mejorará la eficacia institucional.

14. Salud mental y bienestar de las y los agentes

Programas de acompañamiento psicológico, control del estrés y protocolos de seguridad laboral son necesarios para preservar capacidades operativas y reducir errores tácticos. Invertir en bienestar es invertir en legitimidad institucional.

Impacto esperado

Una reestructuración integral reducirá la violencia contra los cuerpos policiales, aumentará la eficacia investigativa y mejorará la percepción ciudadana. A mediano plazo, policías municipales profesionales y confiables fortalecerán la resiliencia comunitaria, la prevención del delito y la gobernabilidad local. Reportes de violencia contra agentes subrayan la urgencia de estas transformaciones.

Conclusión

Reconstruir las policías municipales demanda medidas simultáneas: homologar formación, elevar condiciones laborales, combatir la corrupción, dotar de herramientas, profesionalizar investigación y abrir las fuerzas a la supervisión ciudadana. Sin este paquete integral, las medidas aisladas seguirán siendo paliativos frente a una crisis estructural que requiere visión estratégica, recursos y voluntad política.

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Nota del editor: Alberto Guerrero Baena es consultor especializado en Política de Seguridad, Policía y Movimientos Sociales, además de titular de la Escuela de Seguridad Pública y Política Criminal del Instituto Latinoamericano de Estudios Estratégicos, así como exfuncionario de Seguridad Municipal y Estatal. Escríbele a albertobaenamx@gmail.com Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

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