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Ahora sí preocupa a todos la aviación

Ya desde el sexenio de EPN, la saturación y operación del AICM eran un problema altamente crítico, heredado de la mala administración y desinterés en el sector, dice Don Porfirio Salinas.
lun 25 agosto 2025 06:05 AM
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El problema de fondo en México es que somos el único país de los que participan en la IATA (organización internacional de aviación) que no sigue los estándares internacionales, considera Don Porfirio Salinas.

Uno de los grandes problemas innecesarios que legó el sexenio lopezobradorista a México es el haber dinamitado la aviación civil de la Ciudad de México. No solo por la cancelación del NAIM, sino por los cambios arbitrarios al espacio aéreo, los slots (horarios) y el abandono total del AICM.

Tan grande es el problema, que ahora que hay un gobierno estadounidense enfocado en soltar cuanta bomba le es posible a México, se encontró en bandeja de plata con la violación flagrante al acuerdo bilateral sobre transporte aéreo.

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El problema es claramente estructural, y efectivamente ha afectado de manera importante a muchas aerolíneas estadounidenses y mexicanas, y aún más a los pasajeros que vuelan en nuestro país al dejarnos indefensos ante abusos de la autoridad y de algunas aerolíneas.

Las medidas unilaterales tomadas por el gobierno anterior, más allá de violentar el acuerdo con EUA, son acciones que demeritan cada vez la aviación civil en México, abonando a un rezago que tenemos desde hace décadas en el país, y que nos ha restado gran competitividad a nivel global.

Lo que ha pasado con la 4T se suma a problemas que no eran nuevos, y que se han ignorado durante, al menos, los últimos cuatro sexenios. Fue justo la razón por la que se tuvo que firmar el acuerdo con EUA en 2016.

El problema de fondo en México es que somos el único país de los que participan en la IATA (organización internacional de aviación) que no sigue los estándares internacionales, en temas tan importantes como la asignación de slots, que son los horarios de aterrizaje y despegue.

Este es uno de los obstáculos que más ha profundizado los efectos de la saturación del aeropuerto de la CDMX, por hacerse de manera poco transparente, bajo conflictos de interés y afectando la competencia, como desde 2016 lo declaró la COFECE.

Pero esta situación no solo afecta a la capital, también afectará a todos los aeropuertos más usados de México en algún momento u otro. Aeropuertos como Cancún, Monterrey, Guadalajara, León o Tijuana caerán en esta misma crisis de saturación, empeorada por la mala asignación de slots.

Ya desde el sexenio de EPN, la saturación y operación del AICM eran un problema altamente crítico, heredado de la mala administración y desinterés en el sector por parte de los dos gobiernos panistas que le precedieron.

Habíamos llegado ya a un punto insostenible que exigía acciones inmediatas contundentes, mediante un cambio de fondo en la manera de planear la aviación civil de este país.

La solución necesaria iba mucho más allá de tener o no un nuevo aeropuerto. Se necesitaba una política sectorial de Estado para resolver los problemas estructurales del sector. Sin ella, incluso el nuevo aeropuerto nacería con los mismos problemas.

Institucionalmente, uno de los principales problemas era la falta de una agencia especializada de aviación civil, con facultades y recursos suficientes para ser la entidad reguladora del sector.

Las autoridades encargadas de un tema tan delicado para el país se reducían a una Dirección General dentro de la entonces SCT, con muy pocos recursos. A diferencia de países avanzados, donde hay dependencias especializadas para cada tema del sector, por su relevancia.

Después de mucho batallar, y por presión de EU, se había logrado un borrador de decreto para la creación de una agencia federal de aviación a principios del sexenio de EPN, pero la SCT no quiso aprobarlo. Se logró crear hasta 2019 con AMLO, pero sin recursos suficientes.

El otro gran problema era precisamente la manera de asignar slots en aeropuertos declarados en saturación, como el AICM. Era urgente salir de la opacidad y apegarnos a estándares internacionales, para minimizar los crecientes riesgos en el aeropuerto.

En 2017 hubo una iniciativa legislativa muy importante en este sentido, impulsada por la entonces Presidenta de la Comisión de Gobernación del Senado, tras más de año y medio de consultas con IATA, OACI e incluso diálogo con sindicatos, aerolíneas y expertos nacionales e internacionales.

Lamentablemente, no quisieron apoyarla en la entonces SCT, ni su titular ni la Subsecretaría de Transporte, encargada del sector. Adicional a que, sin ser su tema, la entonces Secretaría de Turismo abonó a obstaculizar la modernización del sistema de asignación de slots.

La iniciativa buscaba, entre otras cosas, crear la figura de Coordinación Independiente de slots, y que esta figura se aplicara en cualquier aeropuerto en saturación. Como se hace en los más de 300 aeropuertos IATA.

Con eso, se eliminaría la mala práctica de que los slots se asignen directamente por la dirección del aeropuerto, en lo obscurito con algunas aerolíneas, bajo evidente conflicto de interés. Así, se administraría mucho mejor la saturación, evitando desperdicio de slots y agilizando las operaciones.

A casi 10 años de distancia, estamos sufriendo las consecuencias de no haber querido dar una solución de largo plazo a los problemas de operación del AICM. Lejos de ello, la 4T ha empeorado la situación, condenando así a cualquier otro aeropuerto que llegue a niveles de saturación.

Recientemente se oyen muchas voces de exfuncionarios de sexenios anteriores a 2018 hablando de la terrible situación que se vive hoy en la aviación, con motivo de las medidas del gobierno de EUA.

Parecen olvidar que, cuando estuvo en sus manos dar soluciones, prefirieron no hacerlo, dejándole vacíos importantes a la 4T para que, en su más puro estilo, profundizara los problemas.

El sector de aviación civil es de los más importantes, complejos y fascinantes del mundo. Pero México, gracias a 25 años de descuido, ha perdido la oportunidad de ser un jugador ya no digamos global, incluso hemos perdido la oportunidad de ser un hub regional o continental.

A ver si ahora que EUA puso el ojo en este sector, se logra entender que como país es fundamental una política sectorial de Estado en materia de aviación, para tener mayor competitividad e inversión.

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