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#Opidemia | Sinopia de la reforma electoral

El dibujo preparatorio de la nueva reforma electoral que propondrá Sheinbaum, que respaldará el contingente oficialista en el Poder Legislativo, al menos por Morena, ya muestra sus principales trazos.
lun 11 agosto 2025 06:04 AM
Pablo Gómez deja la UIF para coordinar la nueva reforma electoral; ¿quién es?
La presidenta Claudia Sheinbaum alista una reforma electoral. Para poner en marcha este ambicioso plan, anunció la creación de una Comisión Presidencial dedicada a diseñar la iniciativa. El organismo será encabezado por Pablo Gómez Álvarez.

No hay todavía una propuesta precisa de reforma electoral desde el gobierno federal, pero es posible establecer ya sus contornos. La presidenta Claudia Sheinbaum le ha encargado a una comisión su diseño, bajo la idea de que realice un diagnóstico, pero, en los hechos, el dibujo a manera de boceto que después se plasmará en el complejo entramado jurídico ya está prácticamente listo.

El dibujo preparatorio de la nueva reforma electoral que propondrá la presidenta Sheinbaum, que será respaldada por el contingente oficialista en el Poder Legislativo, al menos por Morena, ya muestra sus principales trazos.

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Para comenzar, si acaso se escuchará a las voces opositoras, pero de ninguna manera se les tomará en cuenta. Pablo Gómez, quien encabeza la comisión, ha dicho que se oirá incluso “hasta a los del fraude”, pero también ha anticipado: “tenemos la fuerza política y la vamos a ejercer”.

Más que una reforma que refleje las contribuciones de personas expertas y académicas, de sectores minoritarios opositores, será una remodelación basada en la sabiduría popular: las encuestas como el gran calibrador de los cambios que se requieren.

La ciudadanía tendrá que decidir, supongo que mediante estos instrumentos demoscópicos, si es mejor para el país un sistema electoral mayoritario, proporcional o mixto. También tendrá que dilucidar y pronunciarse por si considera que se cumplen o no las tres leyes sociológicas duvergerianas: 1) la representación proporcional conduce a un sistema pluripartidista con partidos rígidos; 2) el sistema de mayoría con segunda vuelta tiende al pluripartidismo con partidos flexibles, y 3) el sistema de mayoría relativa provoca un bipartidismo.

En la sinopia de la reforma está claro que los legisladores de representación proporcional están en grave riesgo, que casi es un hecho que desaparecerán. Gómez ha sido muy claro en señalar que hay que modificar la actual representación popular: “actualmente está hecha para el fortalecimiento de las cúpulas de los partidos a las que se les dan 200 diputados de 500. Ellos reparten esos lugares de manera discrecional y al margen del proceso político”.

Esto constituye una interesante contradicción de Gómez. Los reflectores se enfocan en él, en tanto que es quien será el encargado de desarrollar la nueva reforma electoral. Lo cierto es que Gómez no hubiera podido llegar en 2025 a ser parte de esta comisión presidencial, a partir de una trayectoria reconocida, de no haber sido por la figura de los legisladores plurinominales. Llegó en 1979 a la ya lejana LI Legislatura por el Partido Comunista Mexicano y en 1988 a la LIV Legislatura por el Partido Mexicano Socialista.

De ninguna manera era posible que los partidos marginales en los que militaba Gómez pudieran ganar una elección en alguno de los territorios que otorgaban un lugar en el Congreso. El exmilitante comunista y socialista acabará con el mecanismo que le permitió ser un referente de la izquierda, y contribuir a la transición democrática, en el país.

Otro tema delineado es el del financiamiento público a los partidos políticos. Aquí no hay buenas noticias para la oposición, especialmente para el PRI y el PAN. Quien encabeza la comisión no tiene una buena imagen de ellos: “son el déficit político del país. No en cualquier país se encuentra una oposición tan socialmente inútil. Que la lucha política los obligue a hacer crítica, a presentar programas”, ha declarado.

Además, los políticos de Morena por fin podrán hacer campaña desde sus cargos públicos. Es interesante cómo se defenderá este cambio desde una particular perspectiva de la libertad política: si cualquier ciudadano/a puede expresarse sobre política, ¿por qué no lo puede hacer cualquier persona que ocupa un cargo de poder? La discusión de fondo es la distinción entre Estado y sociedad civil. Seguro saldrán varios ítems para las encuestas.

A través de las declaraciones de Gómez y otros actores del oficialismo es posible establecer el boceto o sinopia de la reforma: defensa de la libertad política de los funcionarios públicos, cambios en el sistema de representación, fiscalización de las campañas, revisión del voto en el extranjero, modificaciones al INE y a los Oples, reforzamiento de las consultas populares y la revocación de mandato, discusión sobre el fuero o inmunidad de los funcionarios electos.

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Puede haber coincidencia en que la actual legislación electoral es vieja, o que no ha cambiado sustancialmente el modelo de representación política desde finales de los 70, así como que las dirigencias partidistas han concentrado la asignación de buena parte de sus contingentes legislativos.

La pregunta es si la propuesta que finalmente surja resolverá las problemáticas que se diagnostican en favor de la consolidación democrática del país o en favor del proyecto político que ahora ostenta el poder. La reforma judicial falló en muchos sentidos. ¿Lo hará la reforma electoral?

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Nota del editor: Javier Rosiles Salas ( @Javier_Rosiles ) es politólogo. Doctor en Procesos Políticos. Profesor e investigador en la UCEMICH. Especialista en partidos políticos, elecciones y política gubernamental. Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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