No cabe duda de que la elección que se vivió el primero de junio fue histórica, aunque aquí el calificativo no necesariamente es motivo de reconocimiento o distinción. Se trató, eso sí, de un proceso inédito sobre el que habrá que seguir profundizando. No caben aseveraciones contundentes, sino más bien vale tratar de identificar tensiones. Enlisto a continuación, a manera de inventario, algunas de ellas.
#Opidemia | Inventario de una elección judicial

1. Una elección en la que se agradece la baja participación porque eso evitó que se evidenciaran las dificultades de su organización.
2. Una elección que le exigió a la ciudadanía que se convirtiera, en semanas, en experta en el Poder Judicial mientras las autoridades electorales mostraban una gran incapacidad pedagógica para enseñar cómo se tenía que votar.
3. Un proceso cuyo modelo no se sugiere que sea replicado en otros países. Esa fue por lo menos la recomendación que hizo la misión de observadores (16 personas de 10 nacionalidades) de la Organización de Estados Americanos (OEA) que visitó México.
4. Una elección en la que no votó el 87% del electorado, pero sí lo hicieron 12 millones 965,574 personas, una cifra comparable con la población entera de países como Bolivia o Bélgica.
5. Un proceso electoral que, quizá por primera vez, se sostuvo más en la movilización de estructuras partidistas que en una participación mayoritaria de corte individual.
6. Una elección que nos enseña que no debemos confundir participación ciudadana con operación política en el territorio.
7. Un proceso que puso en agobio a una ciudadanía acostumbrada a emitir su sufragio en una boleta simple (una boleta, un voto) y con información limitada.
8. Una elección con boletas con largas listas de personas, pero con información corta.
9. Un proceso en el que no queda claro si el voto nulo fue en realidad una manifestación de inconformidad y rebeldía o un efecto de la ignorancia producido por el diseño de la boleta.
10. Una elección que requirió de acordeones (si buscaban la inducción del voto) o de listas (si se trataba de apuntes en una hoja o una servilleta para no confiar en la memoria) porque sin ellos nadie sabría por quiénes votar.
11. Una elección que mostró muchos “Morenas”, un oficialismo fragmentado, heterogéneo y conflictuado que apoyó el proceso electoral, pero no a las mismas candidaturas con la misma intensidad en todos los territorios del país.
12. Un proceso en el que se tuvieron que imprimir millones de boletas que de antemano se sabía que no serían utilizadas.
13. Un proceso que demostró que se pueden organizar comicios con mucho menos dinero del que pedían las autoridades electorales. Esto marcará, sin duda, un nuevo parámetro para las futuras elecciones, con las afectaciones que esto puede traer a la calidad de la organización.
14. Una elección que incluso calificándose como exitosa o ejemplar cambia al Poder Judicial, pero sin que ello garantice una transformación profunda ni mucho menos un claro fortalecimiento.
15. Un proceso democrático en el que no fue prioritaria la igualdad del voto: unos distritos electorales judiciales tuvieron más peso que otros.
16. Una elección en la que pareció haber más certeza en buena parte de los resultados que en las reglas que la rigieron: comicios con sospecha de quienes serían los ganadores, pero con amplia incertidumbre legal. Para comenzar, por ejemplo, en el tema de las impugnaciones.
17. Un proceso con un modelo de comunicación incluso peor que el de la ya tradicional spotiza.
18. Una elección que se quedó en el olvido, opacada, apenas se ofreció desde el oficialismo que la toga, en las audiencias de la Suprema Corte, ya no será obligatoria.
19. Un proceso sobre el que queda la duda de si abrió el Poder Judicial al pueblo o más bien una caja de Pandora que después habrá que cerrar con otra reforma.
20. Una elección que permitió corroborar que el gran sostén del proyecto político de la llamada Cuarta Transformación se encuentra, sobre todo y destacadamente, en el sur de México.
20. Una elección que permitió corroborar que el gran sostén del proyecto político de la llamada Cuarta Transformación se encuentra, sobre todo y destacadamente, en el sur de México.
21. Un proceso que se difundió como renovador e innovador, pero en el que se terminó improvisando, generando acciones sobre la marcha para evitar el descarrilamiento.
22. Una elección en la que las autoridades electorales no podían manifestar su desacuerdo más que off the record.
23. Una elección calificada como democrática en la que hubo casos sin competencia, de candidaturas únicas.
24. Una elección en la que los municipios con mayor nivel de participación se encuentran en Chiapas, y los que tuvieron la menor cifra de participación… también.
25. Un proceso electoral cuyo modelo se traslapará con otro, el de una elección ordinaria, en 2027.
Seguro que habrá más puntos para mencionar, en acordeones, o en notas, mejor dicho, de algunos de las y los lectores. Ojalá que nos los hagan llegar.
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Nota del editor: Javier Rosiles Salas ( @Javier_Rosiles ) es politólogo. Doctor en Procesos Políticos. Profesor e investigador en la UCEMICH. Especialista en partidos políticos, elecciones y política gubernamental. Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.