No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde. La historia es cruda y real en cuanto a lo que sucede cuando no se cuidan los avances y logros que cuesta trabajo tener. Lo que se construye requiere mucho tiempo para lograrlo, pero destruirlo es sumamente sencillo. En esa dinámica nos han metido los irresponsables de Morena a lo largo de los últimos siete años.
La quinteta fatídica

Aquí debemos ser contundentes. Se les ha hecho saber una y otra vez que son corresponsables de lo que planearon y ejecutaron y ahora tienen que vivir con su desastre. Bajo la falacia de representar al pueblo se hicieron de todas las herramientas posibles para destruir las bases de nuestra joven y gestante democracia. El ánimo de concentrar poder ha sido mucho más potente que cualquier impulso de realmente velar por los intereses de una nación que demanda solución a problemas y no meramente la entrega de recursos monetarios con beneficios efímeros.
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Pero cada vez es más claro y obsceno el plan de acumulación de poder que no se detiene ante nada. El problema que están enfrentando es que por más que como populistas quieren avanzar en base a demagogia, los impactos de la realidad son avasalladores. Las carencias en seguridad, justicia, educación, salud, medio ambiente, etc. son cada vez más evidentes y hacen imposible que se fomente lealtad al régimen con base en mera ideología. La evidencia del mal gobierno es abundante. Sumamos su manifiesta complicidad en múltiples niveles con la delincuencia organizada y el desastre se pinta solo.
Hay que juzgar a las personas por sus hechos y no por sus dichos. Y nunca más cierto ese ángulo de análisis. Veamos lo que ha venido sucediendo en el país y nos quedará totalmente claro que hay un diseño y ejecución evidente de realizar el ataque a las instituciones con el manual del populismo autoritario. Me explico. Son cinco los pasos que se dan para instaurar un régimen autoritario con corte tiránico, y eso es lo que está sucediendo en México desde fines de 2018 y con absoluta claridad y velocidad en los últimos 10 meses. La receta consta de los siguientes pasos.
Primero hacerse del Poder Ejecutivo por la vía democrática, para luego aplicar toda la fuerza del estado y asegurar que ninguna otra fuerza política pueda llegar a triunfar implementando trampas, obstáculos, abusos y deterioro institucional. Y esto se vio en forma clarísima en junio de 2024 en que se dio una elección de estado para asegurar que el oficialismo prevaleciera, recurriendo a gastos millonarios y amenazas a la población de pérdida de beneficios si alguien más ganaba en las elecciones.
Segundo hacerse del Poder Legislativo. Lo vimos a partir de junio de 2024 en que no contentos con tener una mayoría simple en las Cámaras del Congreso de la Unión, a base de una absurda y viciada propuesta del INE y con el aval del Tribunal Electoral, se dio un movimiento convulsivo para dar una mayoría calificada en la Cámara de Diputados que no les correspondía con un voto del 54% del electorado. En el caso de la Cámara de Senadores lograron la mayoría calificada a base de compras, chantajes, intimidación y uso de denuncias penales. El resultado fue generar una artificial capacidad para lograr modificaciones constitucionales sin consulta o consenso con otras fuerzas políticas, violentando así la esencia de lo que es el pacto de origen de convivencia que supone una vinculación con las amplias aristas sociales del caso. Muerte a la representatividad colectiva.
Tercero hacerse del Poder Judicial. A partir de una venganza clara del entonces Presidente López Obrador se implementó una iniciativa el 5 de febrero de 2024 (junto con otras 19 iniciativas de severas consecuencias) que con el uso de la ilegítima mayoría calificada se aprobó y publicó el 15 de septiembre de 2024 para realizar la mal llamada Reforma Judicial. Este proceso solamente persiguió destrozar el balance y contrapeso que presupone la autoridad judicial independiente y autónoma. Y con la opacidad, irregularidad, sumisión y parcialidad de todo el sistema de selección y elección se hizo el proceso necesario para tomar ya en los hechos el control de todas las posiciones claves de los órganos jurisdiccionales del país, en particular la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Tribunal de Disciplina Judicial, la Sala Superior del Tribunal Electoral, y la absoluta mayoría en Tribunales Colegiados y Juzgados de Distrito. Un día fúnebre que se recordará por décadas por el tiempo que tomará corregir semejante error de diseño e implementación.
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Cuarto asegurar el control de medios y coartar la libertad de expresión. Cuestión que se ha venido haciendo a base de cerrar medios, extirpar plumas libres, usar los medios oficiales como medios de propaganda, castigar a medios libres, y ahora en atacar a disidentes y buscar el control de plataformas tecnológicas, incluyendo redes sociales. El estrangulamiento de las personas y formas en que hay opiniones diversas al oficialismo ha generado una gradual pero evidente reducción en las opiniones que retan la narrativa gubernamental. El más reciente esfuerzo en esa dirección es la iniciativa de una legislación en materia de telecomunicaciones que ya se le conoce como la Ley Censura y que solamente aguarda el proceso legislativo de aprobación final y que puede hacer Morena sin consulta con otros partidos. Se aprestan para dar este golpe en breve.
Quinto es el agotamiento de la independencia de los órganos electorales. Siguiendo la huella de haber destruido a los órganos constitucionales autónomos (lo que ya ocurrió en meses previos, particularmente en lo que hace a transparencia, acceso a información, competencia económica y telecomunicaciones), ahora se trata de erosionar al Instituto Nacional Electoral para hacerlo ver como una entidad cara, no confiable y obesa. Utilizando el desastre de ejecución de la elección judicial como excusa, la narrativa oficialista dirá que es posible tener una institución menos cara y compleja, y que es mejor que sea el gobierno quien se haga cargo de estas funciones. Van a querer traer al gobierno esas funciones para hacerse cargo del proceso electoral. Esto empezará a suceder en poco tiempo para lograr este último peldaño. Ellos serán responsables del retroceso democrático.
Desnudemos a Morena como lo que son, un grupo que proviene de un liderazgo caracterizado por el cinismo y la sed de poder ilimitada, que se guía por el manual de los fascismos del siglo pasado. Nada nuevo, pero muy peligroso pues sabemos los posibles resultados al ver lo que ha pasado en la historia. Afortunadamente sabemos todos lo que están haciendo y lo dramático que puede ser dejarlos avanzar sin control. Por esto es que tenemos la capacidad de cambiar el rumbo del país en base a intensidad democrática e intolerancia al engaño, la propaganda, el uso de recursos públicos, y el abuso de poder. El antídoto es favorecer nuevas opciones políticas con prevalencia ciudadana, luchar por las libertades y las instituciones, y ver en las elecciones de 2027 el punto de inflexión en que se deberá arrebatar a Morena su capacidad de triunfo avasallador en base a una intensa capacidad de movilización del pueblo que ya no puede seguir siendo abusado con el engaño de programas sociales que no generan sino beneficios efímeros y una gran dependencia con un único fin electoral.
Esto que estamos describiendo de los cinco pasos de la consumación del autoritarismo total es a lo que denominamos la quinteta fatídica. Es el plan obsceno y evidente para pretender estrangular cualquier tipo de relevo o alternancia política. En nuestras manos está parar este siniestro y evidente plan de destrucción permanente. No lo dudemos ni un segundo. Hay que actuar ahora antes de que sea demasiado tarde. En nuestras manos el presente y futuro del país.
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P.D.1. Ya pasó la elección judicial. Y no tenemos sino malos resultados. No debemos caer en la simulación de que haya sido un ejercicio democrático. No hay aval alguno ni legitimación. La farsa se cuenta sola. Tardarán días o quizá semanas en contar boletas confusas y con la adulteración por boletas que no se inutilizaron. Funesto proceso de pies a cabeza.
P.D.2. No se puede perder de vista el que pronto arrancarán las funciones del Coro de Badiraguato. Ya con tantos testigos protegidos que se están acumulando en EUA, se vienen las declaraciones contra tantos y tantos servidores públicos que han tenido o tienen vínculos con la delincuencia organizada. Que no haya sorprendidos en lo que viene que será un espectáculo de descrédito múltiple, incluyendo personas en funciones hoy en día. La cancelación de visas de funcionarios es la punta del iceberg.
P.D.3. Otro escándalo que se podría pensar como inaceptable con sentido común es que el señor Trump se ufane y acepte el que se haya recibido el regalo personal de un avión con valor de 400 millones de dólares por parte del Emirato de Qatar. Institucionalizar un soborno de esta magnitud es muy preocupante porque no es sino una muestra de que algo muy malo está sucediendo en Estados Unidos en que se permita al Presidente violar la ley y la decencia impunemente. Incluso ya dijo que al terminar su mandato conservará el avión para su uso personal. No tiene límites ni decoro.
P.D.4. El reciente arribo del Embajador de Estados Unidos – Ronald Johnson – a nuestro país manda una señal muy poderosa de lo que se ve como prioridades en su papel en México. Es una persona con experiencia militar y de la CIA. Para bien o para mal, pondrá en uso su experiencia para reclamar de México una postura más formal de desvinculación con la delincuencia organizada.
P.D.5. No podemos dejar de extender, nuevamente, nuestro más sentido pésame a todas las víctimas de violencia en el país. Ya no hay espacio en el país donde ser asaltado, intimidado, robado, extorsionado o atacado no sea cosa de todos los días. Muy lamentable el poco valor de la vida e integridad. México de luto en un baño de sangre inhumano.
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Nota del editor: Jonathán Torres es socio director de BeGood, Atelier de Reputación y Storydoing; periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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