La agenda “Make America Healthy Again” (MAHA), impulsada por Robert F. Kennedy Jr. y respaldada por el presidente Donald Trump, propone prohibir ingredientes como colorantes artificiales, jarabe de maíz de alta fructosa y grasas trans en alimentos. Aunque aún no existe una regulación federal, en estados como Arizona, Utah y Virginia Occidental, ya se han aprobado leyes para regular estos ingredientes y promover dietas más saludables.
Agenda MAHA en EU, ¿barrera comercial u oportunidad para México?

Además, es importante destacar que estas iniciativas han recibido respaldo bipartidista, en particular de cuadros demócratas en estados como Arizona, California y Nueva York. Para México, que exportó aproximadamente 30,000 millones de dólares en alimentos procesados a Estados Unidos en 2024, este giro regulatorio plantea la pregunta: ¿serán las restricciones de MAHA una barrera comercial para la industria alimentaria mexicana o una oportunidad para que las empresas se posicionen en el mercado estadounidense?
Ingredientes como el rojo 40, el dióxido de titanio y el BHA, comunes en papas fritas, galletas, dulces y refrescos, enfrentan restricciones. Reformular estos productos requiere rediseñar procesos, pruebas de laboratorio, certificaciones como USDA Organic y ajustes de marketing. Además, la fragmentación regulatoria, con leyes distintas por estado, eleva costos logísticos: un snack permitido en California podría ser rechazado en Utah y así sucesivamente. Las pequeñas y medianas empresas enfrentan el mayor riesgo, pues carecen de recursos para adaptarse y podrían perder acceso a grandes cadenas de supermercados, cediendo terreno a competidores canadienses o estadounidenses.
Sin embargo, MAHA abre una puerta al mercado de alimentos saludables. Los consumidores estadounidenses, especialmente los jóvenes, buscan productos “clean label” y están dispuestos a pagar más. Las empresas mexicanas pueden aprovechar esta tendencia e innovar con ingredientes naturales como stevia, betabel, aceites vegetales y similares. Un caso de éxito es Herdez, que ha duplicado sus exportaciones de salsas y guacamole sin conservadores, adaptando fórmulas a estándares orgánicos.
Las políticas de MAHA resuenan con el programa “Vive Saludable, Vive Feliz” del gobierno mexicano, que busca combatir la obesidad infantil prohibiendo alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas a nivel escolar. Mientras Vive Saludable se limita a escuelas, MAHA abarca escuelas, supermercados y potencialmente todo el mercado alimentario, elevando la presión sobre los exportadores. Por ello, las empresas en México corren el riesgo de que el gobierno siga el ejemplo de las políticas MAHA para extender restricciones a tienditas, mercados y otros puntos de venta, prohibiendo ingredientes y complementando el etiquetado frontal.
En concreto, las empresas mexicanas enfrentan dos riesgos: el avance de las políticas MAHA en Estados Unidos y que el gobierno mexicano las tome como inspiración, sobre todo en el contexto de la complicada relación bilateral actual. Ante este doble desafío, la industria debe articular una estrategia conjunta, con un mensaje unificado liderado por cámaras empresariales, que pueda transformar al gobierno en un aliado, facilitando la transición hacia productos saludables sin sacrificar la competitividad.
Además, el impacto de las restricciones MAHA podría abordarse en la revisión del T-MEC en 2026, si se interpretan como barreras no arancelarias, ya que podrían limitar el acceso de snacks y bebidas de importación al mercado estadounidense. En este sentido, el gobierno mexicano podría ayudar a que las empresas hagan una transición a alimentos saludables, con incentivos fiscales, subsidios para certificaciones internacionales y programas de capacitación para pymes. Estos cambios podrían generar una oferta más saludable en el mercado local, impulsando la competitividad y contribuyendo a la alimentación sana de los consumidores mexicanos.
Con políticas públicas que incentiven la innovación, alianzas público-privadas y una industria dispuesta a transformar sus procesos, México puede posicionarse como líder en alimentos saludables y sostenibles. La transformación del sistema alimentario en Estados Unidos no sólo redefine lo que consumen sus ciudadanos, también reconfigura las reglas del comercio. Para México, esta “nueva dieta” representa un llamado para adaptarse e innovar y así evitar que las exportaciones de la industria alimentaria se vean afectadas.
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Nota del editor: Dinorah Mendoza (@dinorahm_) es consultora Sr. del área de Bienes de Consumo en Integralia (@Integralia_Mx). Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.