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Alimentos "chatarra" dan ligero cambio afuera de las escuelas tras prohibición

Padres de familia celebran las restricciones alimentarias al interior de escuelas, pero consideran que afuera, es responsabilidad de cada familia fomentar los buenos hábitos de consumo.
jue 10 abril 2025 04:33 PM
Prohibición de comida chatarra en escuelas no aplica igual en la hora de la salida
Frutas y alimentos mejor balanceados por las mañanas, por las tardes hay un festín de antojos y botanas

La prohibición de vender refrescos, jugos, pastelitos, galletas y otros productos considerados “chatarra” dentro de las escuelas, como parte del plan “Vive Saludable, Vive Feliz” del Gobierno federal, no frena la oferta de alimentos con alto contenido calórico en los alrededores de primarias y secundarias.

Por las mañanas, algunos vendedores decidieron modificar ligeramente su menú para ofrecer opciones más saludables y balanceadas que puedan ser aceptadas dentro de los planteles a su ingreso, aunque sin dejar de vender yogures, jugos o refrescos.

Sin embargo, por las tardes el panorama se mantiene como antes de las restricciones alimentarias, pues persiste la venta de botanas, frituras, helados y otros alimentos que son consumidos tanto por estudiantes como por los padres.

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Las restricciones en la venta de comida "chatarra" dentro de las escuelas son bien vistas por madres y padres de familia, pero fuera de los planteles, el consumo de estos productos depende en gran medida de los hábitos en los hogares.

Plan "Vive Saludable, Vive Feliz"

El pasado 25 de febrero, el Gobierno de México puso en marcha el programa “Vive Saludable, Vive Feliz”, el cual busca fomentar la salud visual, bucal, la actividad física y la buena alimentación en los planteles educativos de todo el país.

Como parte de las medidas anunciadas, desde el 29 de marzo se prohibió la venta de alimentos con alto contenido de azúcares, grasas, sodio o bajo valor nutricional dentro de las cooperativas escolares.

Además, la Secretaría de Educación Pública (SEP) difundió un manual dirigido a las cooperativas escolares, el cual sirve como guía para identificar los alimentos permitidos.

Este documento especifica porciones, gramajes y sugiere opciones de proteínas animales y vegetales, frutas, leguminosas y otros productos recomendados para una dieta balanceada.

La SEP también acompaña los lineamientos con un manual para padres de familia, personas que preparan, distribuyen y venden alimentos en las escuelas y personal educativo.

En la página oficial se pueden ver recetas (y por estado) para cumplir con las recomendaciones alimenticias.

Vendedores acoplan menú por las mañanas

Jessica atiende una tienda de abarrotes ubicada justo entre los accesos a las escuelas primarias República de Ecuador y República de Yugoslavia, en la alcaldía Venustiano Carranza. Desde su local lleva años ofreciendo tortas, sándwiches, yogures, refrescos, aguas y galletas a padres de familia y estudiantes.

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Jessica no solo ofrece alimentos preparados, también una gama de productos propios de una tienda de abarrotes frente a una escuela.

Tras la implementación de las restricciones sobre los alimentos permitidos dentro de los planteles escolares, su familia decidió adaptarse para no perder clientes: ahora preparan charolas con productos balanceados que los alumnos pueden ingresar sin inconvenientes como parte de su lunch.

“Es decisión de los papás, de los niños. Les ponemos fruta, sopita, huevito, pechuga, manzana. También tenemos vasitos con fruta”, cuenta Jessica en entrevista con Expansión Política.

La vendedora sostiene que las opciones saludables tienen un precio más alto –entre 35 y 45 pesos– ya que son productos que conllevan una mayor elaboración.

En una pequeña mesa, frente a la puerta de una escuela primaria, Mayra ofrece un menú renovado: charolas con hotcakes de avena, fruta fresca y una gelatina casera con poca azúcar; o bien, un omelet con quesillo, una fruta —mango o manzana— y gelatina. También prepara vasos con fruta picada, sin miel, granola, ni yogur extra.

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Fruta picada, gelatina baja en azúcar, Hot Cakes de avena y omelet, es parte del menú ue ofrece Mayra frente a una escuela primaria

Cuenta que, además de ser más balanceadas, estas opciones tienen buena aceptación entre los padres de familia.

“A los papás les gusta. Por ejemplo, ayer traje pechuga con ensalada de pepino, zanahoria y jicama. A veces ellos mismos me sugieren lo que quieren”, relata.

No todos los vendedores han sentido el impacto de las restricciones alimentarias dentro de los planteles. Un comerciante de tamales, quien lleva años vendiendo en la zona, asegura que sus ventas no han bajado pues muchos papás y niños todavía comen su tamal o toman un atole antes de entrar a clases.

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El 'festín' al salir de clases

Aunque por las mañanas algunos vendedores ajustaron su menú para alinearse a las nuevas restricciones alimentarias dentro de las escuelas, la historia cambia por la tarde. A la salida de los alumnos, el panorama se convierte en un verdadero festín de antojos

Congeladas, paletas de sabores, frituras, pizzas, gorditas, chocolates, botanas y una infinidad de dulces son parte de la gama de productos que ofrecen decenas de puestos al exterior de las escuelas Juana de Asbaje, Beatriz Velasco y Bandera de México en la colonia Escuadrón 201 de la alcaldía Iztapalapa

También se ofrecen productos más elaborados como chicharrones preparados, vasos de papas fritas preparadas con salsas negras, Dorilocos, Gomi-Boing y fresas con crema.

No solo algunos estudiantes son los que disfrutan de estos productos: padres de familia también se suman a la compra y consumo de alimentos ya sea antes de recoger al infante o juntos, de camino a sus casas.

“Es nuestra responsabilidad cuidar la salud de nuestros niños (as), comer sano no es una dieta… es un estilo de vida”, se lee en una manta desplegada en el acceso principal de la escuela primaria Juana de Asbaje.

En el mensaje se les pide a los padres de familia evitar integrar a las loncheras de los alumnos, productos que contengan leyendas como: "exceso de sodio, de grasas, azúcares o edulcorantes”

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Una manta informativa colocada al exterior de una escuela de Iztapalapa pide a padres evitar ingreso de alimentos chatarra

Pablo, padre de familia de un alumno de primaria considera que es buena la medida de prohibir la venta de comida “chatarra” en las escuelas, sin embargo dice que la educación y los hábitos alimenticios vienen desde casa. “Creo que (la educación alimentaria) debería reforzarse más en los padres, la escuela, hace lo que puede", dice.

Respecto a la oferta de productos en el exterior de las escuelas, Lilibeth opina que, una vez que los alumnos cruzan la puerta de salida, las decisiones sobre su consumo recaen exclusivamente en los padres de familia.

El señor Raúl coincide, aunque considera que tanto las escuelas como el gobierno también tienen responsabilidad en vigilar lo que se vende en las inmediaciones de los planteles, ya que afirma, también les afecta.

“Mucha gente no hace caso, no obedece de (no) vender la 'chatarra'. Por lo menos un inspector por zona”, afirma.

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