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Entre lo humano y lo legal. Notas para una gestión resiliente de la migración

Nos enfrentamos a un desafío sin precedentes en las Américas, con México en el epicentro de una crisis humanitaria que pone a prueba su capacidad de respuesta y su compromiso con los derechos humanos.
mié 19 febrero 2025 06:02 AM
Detenciones de migrantes crecieron 230% con AMLO
La llegada constante de migrantes de Centroamérica, el Caribe, Sudamérica, África y Asia, así como la repatriación de miles de mexicanos, ha rebasado la capacidad institucional y humanitaria en México, apunta Wendy Sarmiento.

“Quien decide emigrar toma una de las decisiones más difíciles de su vida: dejar atrás su hogar en busca de un futuro mejor”. Esta frase, que resuena con fuerza en la actual crisis migratoria en México, nos recuerda que la migración no es un fenómeno nuevo, sino un proceso inherente a la humanidad.

Desde tiempos inmemoriales, las personas han migrado para sobrevivir, adaptarse y prosperar. Hoy, sin embargo, nos enfrentamos a un desafío sin precedentes en las Américas, con México en el epicentro de una crisis humanitaria que pone a prueba tanto su capacidad de respuesta como su compromiso con los derechos humanos.

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Migración, entre lo humano y lo legal. Un equilibrio complejo

La migración es, ante todo, un fenómeno humano. Detrás de las cifras hay historias de vida marcadas por el miedo, la esperanza y la resiliencia. Personas que huyen de la violencia, la pobreza, el cambio climático y la inestabilidad política. Sin embargo, este enfoque choca con la realidad de las políticas migratorias, donde la soberanía del Estado y la seguridad interna pesan tanto como la necesidad de proteger los derechos de los migrantes.

Según acuerdos internacionales como la Declaración de Marrakech (2018), la migración no es ilegal. Se busca que sea regular, segura y ordenada. No obstante, México enfrenta un dilema complejo: ¿cómo equilibrar la protección de los migrantes con la estabilidad y seguridad nacional?

México en la encrucijada

México ha pasado de ser un país de tránsito a convertirse en un territorio de origen, destino y retorno. La presión sobre sus fronteras, al norte y al sur, es inmensa. La llegada constante de migrantes de Centroamérica, el Caribe, Sudamérica, África y Asia, así como la repatriación de miles de mexicanos, ha rebasado la capacidad institucional y humanitaria del país.

Los desafíos son múltiples:
- Crisis humanitaria en la frontera sur, con campamentos saturados y condiciones precarias.
- Tensiones diplomáticas con Estados Unidos, que presiona a México para actuar como un "muro" migratorio.
- Desgaste de recursos institucionales, afectando la seguridad, la economía y la cohesión social.

Ante este escenario, la gran pregunta es: ¿qué hacer que no se haya intentado ya?

Repensar la gestión migratoria

México ha implementado diversas estrategias, pero la magnitud del reto exige nuevas respuestas. No se trata solo de controlar flujos migratorios, sino también de atender a la diáspora repatriada, un grupo que con frecuencia queda marginado. ¿Cómo asegurar que quienes regresan puedan reconstruir su vida con dignidad?

La solución no está en medidas fragmentadas, muros o aranceles, sino en una visión integral, humana y resiliente, donde la seguridad, el desarrollo y la cooperación internacional trabajen de la mano.

Propuestas para una gestión migratoria eficiente y humana

1. Política migratoria integral: Más allá de la contención, México necesita una estrategia que combine atención humanitaria, desarrollo económico y cooperación internacional.

2. Fortalecimiento institucional: Modernizar el Instituto Nacional de Migración (INM) y capacitar a su personal en derechos humanos y gestión de crisis.

3. Alianzas internacionales: Colaborar con organismos como ACNUR, OIM y UNICEF para compartir la responsabilidad y ampliar los recursos.

4. Cooperación regional: México debe liderar una estrategia conjunta con Estados Unidos, Centroamérica y el Caribe para abordar las causas estructurales de la migración, como la pobreza y la violencia.

5. Integración socioeconómica: Crear programas que permitan a los migrantes y repatriados acceder a empleo y educación, integrándolos productivamente a la sociedad.

6.Vinculación con la sociedad civil y academia: Incluir a universidades y organizaciones especializadas para generar políticas públicas basadas en evidencia.

7. Seguridad humana: La seguridad no debe centrarse solo en control fronterizo, sino en proteger a las personas y garantizar que su tránsito no se convierta en una condena.

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Migrar es un acto de esperanza

Migrar es buscar un futuro mejor. Como sociedad y como gobiernos, el reto es garantizar que esa esperanza no se transforme en vulnerabilidad, abuso o indiferencia.

La verdadera medida de una nación no está en cómo protege sus fronteras, sino en cómo protege la dignidad de quienes las cruzan.

Fragmentos de realidad que esperemos no se transformen en esquirlas…

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Nota del editor: Wendy Sarmiento es analista internacional. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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