Organizaciones de apoyo a migrantes en México sufren por recorte de fondos de EU
El recorte de recursos para la ayuda internacional impacta la operación de organizaciones sociales mexicanas que apoyan a usuarios de drogas y a personas migrantes en ciudades fronterizas del país.
Organizaciones de ayuda a migrantes en México y Estados Unidos están preocupadas por el recorte de recursos de que la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) les daba para poder financiar ayuda humanitaria.(Rebecca Noble/REUTERS)
En la frontera norte de México, distintas organizaciones no gubernamentales sufren las consecuencias de las políticas del presidente de Estados Unidos Donald Trump, quien ha ordenado deportaciones masivas y ha congelado los fondos para la ayuda humanitaria internacional.
Las asociaciones mexicanas se preparan para atender a más personas migrantes y a usuarios de sustancias, pero tienen menos recursos para hacerlo. Muchas de ellas recibían apoyo, económico o en especie, de organizaciones estadounidenses financiadas por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que Trump ordenó cerrar.
Publicidad
El gobierno de los Estados Unidos es el mayor donante de ayuda del mundo. En el año fiscal 2023 aportó 71,900 millones de dólares en ayuda exterior, lo que representan el 1.2 % del gasto federal total de ese año, que fue de más de 6.1 billones de dólares.
No obstante, de acuerdo con datos de las Naciones Unidas (ONU), lo que aporta el gobierno estadounidense representa más del 40% de toda la ayuda humanitaria.
Por esto es que decenas de organizaciones y proyectos humanitarios de todo el mundo están en jaque. El congelamiento de estos fondos supone otro duro golpe para las asociaciones mexicanas, que ya viven sin apoyos del gobierno federal.
Desde el sexenio pasado, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó cancelar el apoyo a todas las organizaciones no gubernamentales.“Muchas de estas organizaciones, que antes tal vez dependían un poco del gobierno mexicano, habían estado dependiendo mucho más del gobierno estadounidense y ahora ya les quitaron esos fondos. Entonces, por un lado, tienen que ofrecer servicios a más personas con altos niveles de vulnerabilidad, por ser retornadas, por no tener trabajo, que tal vez tienen una dependencia o no, y sin recursos, porque ahora tienen todo congelado”, explica Zara Snapp, directora del Instituto RIA.
“Necesitan nuestro apoyo”
Lilia Pacheco, directora operativa de Prevencasa AC, explica que la cancelación de fondos estadounidenses ha impactado negativamente a la asociación que dirige. En Tijuana, Baja California, esta organización ofrece programas de reducción de daños y riesgos a personas usuarias de drogas, apoyo a personas en situación de calle y a migrantes. Ahora ven en riesgo esas iniciativas y algunos estudios de investigación.
Prevencasa obtenía insumos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), pero el organismo les comunicó que ya no podría continuar ayudándoles.
“Una organización como es la OIM, que siempre estaba apoyándonos con insumos, no directamente con fondos en efectivo sino con insumos, ya se detuvo. Ya nos avisaron que esta situación de ambos países ya les afectó y, en definitiva, no van a poder colaborar con nosotros. Esto impacta en los servicios que ofrecemos”, explica.
Muchos migrantes se quedaron varados en urbes fonterizas como Ciudad Juárez, luego de que el gobierno estadounidense de Donald Trump, les cancelara sus trámites de CBP One para poder pedir una estancia legal en Estados Unidos.(Jose Luis Gonzalez/REUTERS)
Todos los servicios de Prevencasa son gratuitos. Incluyen acceso a regaderas, productos de higiene, alimentos y atención médica.
Sus programas de reducción de daños e intercambio de jeringas alcanzaban a personas con VIH, tuberculosis y a usuarios de drogas, por lo que hace años recibían financiamiento de Censida, hasta que López Obrador canceló esas convocatorias.
Para conseguir recursos adicionales, Prevencasa colabora con el Instituto Nacional de Psiquiatría en ciertas investigaciones. La asociación participó en el levantamiento de encuestas para hacer un diagnóstico del consumo de heroína, fentanilo y metanfetaminas en la frontera. Sin embargo, el pago que reciben a cambio no alcanza para operar por más de 6 u 8 meses, afirma.
El reto mayor vendrá una vez que se cumpla un mes de las primeras deportaciones porque muchos migrantes quedan en situación de calle cuando los albergues de los gobiernos no les permiten quedarse por más de 30 días.
“Y esas personas están aquí, varadas, buscando cómo conseguir para poder comer, para poder subsistir, para poder sobrevivir y necesitan del apoyo de organizaciones”.
Publicidad
Los impactos
La especialista en programas de reducción de daños, Zara Sapp, observa que la falta de los fondos para ayuda humanitaria afectan la salud internacional, pero también la de los propios estadounidenses.
A finales del año pasado comenzaron a disminuir las muertes por sobredosis de drogas en Estados Unidos, gracias a programas de reducción de riesgos, mayor acceso a tratamiento, servicios de salud y de análisis de sustancias implementados en el gobierno de Joe Biden.
Estos programas se están cancelando en Estados Unidos y las organizaciones que los implementan en México batallan para sostenerlos en medio de una posible llegada de más usuarios de drogas deportados de Estados Unidos.
“Sí está afectando y se va a traducir en que muchas más personas se van a morir por enfermedades que son prevenibles, y eso es 100% por la política que se ha establecido desde Estados Unidos”, advierte.