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#ColumnaInvitada | Un nuevo capítulo para la movilidad en México

La movilidad en México se encuentra en un punto de inflexión que demanda un cambio acelerado.
vie 31 enero 2025 06:01 AM
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Las grandes obras de infraestructura para la movilidad pueden detonar la participación de autoridades locales, sector privado y ciudadanía, apunta Janet de Luna Jiménez.

Las grandes obras de infraestructura son, posiblemente, una de las promesas de campaña sobre las que hay mayor exigencia ciudadana y una de las que generan más expectativa. Éste es el caso de los proyectos en materia de movilidad, por el potencial que tienen para impactar de manera positiva la vida diaria de las personas.

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Durante los primeros meses de los nuevos gobiernos, tanto a nivel federal como en la Ciudad de México, se han delineado proyectos clave para transformar la forma en que nos movemos dentro de nuestras ciudades. El 2025 se perfila como un año crucial para la materialización de estas iniciativas, en el que las nuevas autoridades deberán destinar importantes recursos financieros, técnicos y políticos para pasar del dicho al hecho y generar círculos virtuosos de inversión y desarrollo.

A nivel federal, el anuncio de la construcción de 13 líneas de trenes de pasajeros es una gran oportunidad para la integración física y funcional de localidades rurales, urbanas y metropolitanas. Bajo la estrategia “República conectada”, el Gobierno Federal plantea una visión para el desarrollo de infraestructura que logrará maximizar su impacto si las ciudades por donde pasará el tren también amplían y modifican sus sistemas de transporte público. Esto incluye el desarrollo de rutas alimentadoras y conexiones para crear sistemas de transporte intermodales que sean realmente funcionales a nivel local.

La Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario, encargada de liderar la ejecución de este proyecto, se está transformando para asumir la responsabilidad de planificar, gestionar y regular proyectos de transporte público de pasajeros. Esta transformación establece una nueva configuración institucional a nivel federal, con la Sedatu como entidad rectora de las políticas de movilidad, desarrollo urbano y ordenamiento territorial y con mayor capacidad de ejecución por parte de la SICT, lo que puede acelerar la construcción de sistemas de transporte más integrados y eficientes.

El cambio de gobierno en la Ciudad de México también trae consigo iniciativas ambiciosas para seguir mejorando la movilidad de sus habitantes y consolidar las iniciativas que recientemente fueron reconocidas por el Premio de Transporte Sostenible otorgado por el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP). Para los próximos años, se prevé la construcción de cinco nuevas líneas de Cablebús para conectar las alcaldías periféricas, la finalización de la línea 12 y de la renovación de la línea 1 del Metro, la expansión del sistema Ecobici para abarcar las 16 alcaldías y el crecimiento de la red de infraestructura ciclista, comenzando con 50 km de ciclovía sobre la Calzada de Tlalpan. La nueva Jefa de Gobierno también ha anunciado que en estos años diremos adiós a los microbuses que aún operan en la Ciudad y que serán sustituidos por nuevas unidades y nuevos esquemas de operación.

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Los cambios de administración suelen ser el catalizador de innovación y desarrollo, por lo que es esencial que las ideas se materialicen con rapidez, brindando resultados tangibles. Así, las grandes obras de infraestructura para la movilidad pueden detonar la participación de autoridades locales, sector privado y ciudadanía a través de acciones complementarias que fortalezcan la integralidad, eficiencia y sostenibilidad de los sistemas de transporte.

La movilidad en México se encuentra en un punto de inflexión que demanda un cambio acelerado. La posibilidad de una coordinación eficaz entre autoridades de distintos órdenes de gobierno se combina con una necesidad apremiante de impulsar el desarrollo a nivel local y regional, para hacer frente a nuevos retos económicos. Este nuevo capítulo en la movilidad no solo es una oportunidad, sino una necesidad urgente.

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Nota del editor: Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

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