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La promesa de las deportaciones masivas de Trump, entre el deseo y la realidad

El migrante y lo migratorio, profundamente rechazado por Trump, es la posiblemente la principal baza que lo ha llevado a su nueva etapa de gobierno.
jue 16 enero 2025 06:03 AM
deportaciones masivas mexico
Las promesas, especialmente en materia migratoria, siempre chocan de frente con la realidad, aquella que está compuesta de circunstancias, intereses y actores que no necesariamente concuerdan con los intereses de Donald Trump, apunta Javier Urbano Reyes.

La llegada de Donald Trump a su segundo mandato viene empujada por la agenda anti migratoria, aquella que lo llevó a ganar su primer intento por llegar a la Casa Blanca. El migrante y lo migratorio, profundamente rechazado por Trump, es la posiblemente la principal baza que lo ha llevado a su nueva etapa de gobierno. Por tanto, necesita cumplir una de las promesas más importantes que ofertó a sus bases electorales: el inicio de una deportación masiva de inmigrados.

La promesa con seguridad que tratará de cumplirla e invertirá los medios a su alcance para lograrlo. Pero las promesas, especialmente en materia migratoria, siempre chocan de frente con la realidad, aquella que está compuesta de circunstancias, intereses y actores que no necesariamente concuerdan con los intereses de este personaje.

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Vayamos por partes. Trump promete deportaciones masivas de migrantes. Unas preguntas de fundamento son ¿cuáles migrantes, qué perfiles, con qué medios, en cuánto tiempo, contra quién empujará esta iniciativa?

- ¿Cuáles migrantes? La referencia de Trump no precisa si se trata de inmigrados asentados, migrantes recientemente aprehendidos, aquellos que ya han ingresado y que ya han construido vínculos familiares, jurídicos o aquellos que están en este proceso. Deportar a quien es capturado en la frontera es relativamente fácil pues no hay más que cumplir la norma relativa a la deportación, tomando en cuenta el profundo desprecio que se identifica por los refugiados. Lo complejo es deportar a quien está en condiciones de litigar su estancia. Por cada inmigrado que acepte el reto de pelear legalmente su estancia corresponderá mayor inversión de medios en la administración trumpista.

- ¿Qué perfiles? Miles de inmigrantes que han logrado elevar su nivel de instrucción escolar, desde el nivel básico hasta el universitario y de posgrado, son un perfil migratorio que incluso el propio Trump a ofertado abrirle espacio, porque sabe que esta población es aceptada en la opinión pública, incluso entre los propios republicados. Por tanto, no deportará a todos los inmigrados.

- ¿Con qué medios? Su primera administración la dedicó a aumentar los apoyos para la política de contención y represión en frontera y en mucho menor medida al fortalecimiento de la infraestructura para la administración. Dicho de otra forma, el cumplimiento de su promesa pasa por formar más administradores migratorios y menos grupos de represión. Un sistema migratorio tan lento, desfasado y disfuncional como el actual no está en capacidades para afrontar el reto de la gestión de millones de casos.

- ¿En cuánto tiempo? Gestionar las deportaciones “desde adentro” requiere una inversión ingente de recursos, en tanto procesa las deportaciones en frontera. Los tiempos de deportación desde frontera no tiene nada que ver con las deportaciones de inmigrantes asentados.

- ¿Contra quién empujará sus iniciativas? Trump sabe perfectamente que su promesa de deportación masiva choca de frente con los intereses de amplios sectores de la iniciativa privada, muchos de los cuales funcionan y tienen ganancias gracias al empleo de mano de obra en situación irregular. Aquí aparece un límite entre el deseo y los intereses empresariales.

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Apenas son algunas de las preguntas que la administración Trump deberá solventar para cumplir a sus bases electorales. Por supuesto en este proceso, aparte de los empresarios, tomará un papel la sociedad civil defensora de migrantes en Estados Unidos y las asociaciones de diverso perfil, entre otros.

Dicho de otra forma, las promesas del próximo presidente se encuentran entre el deseo y la realidad. Nadie ha dicho que no hará lo imposible, pero hay algo claro: el daño mayor no serán sólo las deportaciones, sino el profundo daño social que va a generar en la sociedad y en la convivencia comunitaria.

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Nota del editor: Javier Urbano Reyes es profesor e investigador del Departamento de Estudios Internacionales (DEI) de la Universidad Iberoamericana (UIA); coordinador de la Maestría en Estudios sobre Migración (MEM) del DEI-UIA. javier.urbano@ibero.mx Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

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