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Recursos necesarios para procesos innecesarios

Si hay algo que cuestionar en el presupuesto electoral son las prerrogativas a los partidos. Desde hace muchos años es urgente revisar el modelo de financiamiento de partidos en México.
lun 16 diciembre 2024 06:01 AM
El peso es la moneda oficial de México.
Hace mucho tiempo que debimos dejar de lado el modelo de financiamiento público a partidos y dejarlos competir por donaciones ciudadanas y recursos privados debidamente regulados, considera Don Porfirio Salinas.

Quedó resuelto el paquete económico 2025 y, con ello, el presupuesto de egresos de la federación. Un presupuesto por demás cuestionado no solo por expertos en finanzas públicas, sino por cualquiera con un poco de conocimiento de la administración pública.

Pero más allá de eso, una de las grandes controversias de la discusión presupuestaria fue el rubro dedicado a actividades electorales. Particularmente, lo relacionado al proceso electoral inédito que tendremos para elegir a quienes conformarán el nuevo poder judicial.

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La reforma de López Obrador, aprobada sin discusión alguna y por supuesto sin tomar en cuenta lo que expertos tanto judiciales como electorales opinaran, no solo dinamita al poder judicial, también trae consigo un reto mayúsculo en materia electoral, que no se ve en ningún otro país.

Con esta reforma, se tendrán que elegir más de 1700 cargos del poder judicial. De éstos, casi 900 tienen que elegirse en 2025ª nivel nacional. Entre los que se eligen el próximo año están los nuevos 9 ministros de la Suprema Corte de Justicia y los Magistrados Electorales.

Para esta elección inédita, cada votante tendrá que elegir hasta 39 cargos, de casi 300 candidaturas posibles. Un galimatías absolutamente ilógico. Para ello, el INE calculó que se requerían casi 172,000 casillas por ser una elección nacional. Prácticamente lo mismo que para la Presidencial de 2024.

Con base en el tamaño de la elección judicial, y considerando que además se tienen los procesos electorales locales de Durango y Veracruz, el INE solicitó un presupuesto acorde a las implicaciones del reto. Pero el presupuesto le fue recortado en prácticamente una tercera parte.

El argumento para el recorte es que es demasiado dinero. Pues sí, claro que es demasiado dinero. Recursos que no tendrían por qué gastarse, de no ser por la brillante idea de hacer una reforma regresiva que ahora obliga a tener elecciones para el poder judicial.

Pero eso no es culpa de las autoridades electorales, es culpa de quienes impulsaron y aprobaron esta reforma, sin atender todos los análisis y argumentos que evidenciaban por qué esta reforma no solo no era necesaria, tampoco positiva.

Ahora, desde la 4T se denuesta al INE por pedir tantos recursos, y se reta a probar por qué se requiere tanto dinero. Espetando, además, de que ni siquiera se trata de una elección tan importante como la presidencial de junio pasado.

En las críticas y en las quejas de la 4T sobre el presupuesto para la elección judicial queda más que demostrado que, por un lado, no consideran de ninguna manera al poder judicial como relevante, a pesar de ser de los tres establecidos en la Constitución y que dan forma a nuestra república.

Por otro lado, dejan ver con gran claridad que realmente no les importa que los ciudadanos tengan las condiciones necesarias para elegir a uno de los tres poderes de la Unión. Elegir a la nueva Corte es tan importante como elegir a la Presidencia de la República, o a Senadores y Diputados.

Pero en esta nueva etapa política del país, ya no importan los principios originarios de nuestro sistema democrático, ya solo importa uno de los tres poderes, al cual deberán supeditarse los otros dos, en todos los sentidos.

El resultado del recorte presupuestal es preocupante. De las más de 170,000 casillas necesarias para la multitud de cargos a elegir, tanto federales como locales, el INE sólo podrá instalar 80,000, poco más de la mitad.

Esto implicará que se complica aún más un proceso ya por naturaleza complicado. Los votantes tendrán que elegir más cargos por casilla que los originalmente previstos. Si en condiciones normales esta elección era tardadísima y retadora, con este recorte presupuestal se duplica la complejidad.

No se considera todo lo que se requiere para organizar una elección de este tamaño, en los tiempos innecesariamente cortos que da la reforma. Mucho menos se considera que quienes la organizan son ciudadanos, y que todo el personal involucrado debe tener un salario.

Adicionalmente, ni siquiera se están abordando los problemas realmente estructurales del presupuesto que se otorga al INE. Lo realmente oneroso es el gran subsidio que se le da a los partidos políticos.

Si hay algo que cuestionar en el presupuesto electoral son las prerrogativas a los partidos. Desde hace muchos años es urgente revisar el modelo de financiamiento de partidos en México. Sobre todo a la luz de lo desconectados que están todos los partidos de la realidad del país.

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Hace mucho tiempo que debimos dejar de lado el modelo de financiamiento público a partidos y dejarlos competir por donaciones ciudadanas y recursos privados debidamente regulados. El que vivan del erario solo los eterniza como los hervideros de corrupción que son; negocios de grupos.

Es curioso que siendo una de las grandes banderas 4Tistas, hoy se cuestione tanto el altísimo costo de organizar una elección que resulta totalmente innecesaria. Pero sigan sin entrarle a las verdaderas discusiones de recursos públicos mal gastados.

No cabe duda que los actuales son tiempos de caprichos, incongruencias, y austeridades mal entendidas.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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