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¿Qué fue de los tres amigos?

La política electorera de Estados Unidos y Canadá está generando un entorno basado en falsos supuestos que es muy peligroso, no solo para México sino para América del Norte en su conjunto.
lun 25 noviembre 2024 06:02 AM
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La división de Norteamérica sería mortal, y totalmente contraria a la preocupación que hay sobre la invasión comercial china, y su control de las cadenas globales de componentes críticos, apunta Don Porfirio Salinas.

Estamos terminando el 30 aniversario de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El detonador de uno de los procesos más exitosos de integración comercial en el mundo, hasta ahora.

Estos 30 años nos han generado grandes beneficios a México, Estados Unidos y Canadá. Nos hemos posicionado como una de las regiones más competitivas del mundo. Dándonos una gran ventaja comparativa en el escenario actual donde la globalización ha evolucionado hacia la regionalización.

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Juntos representamos un mercado de 500 millones de personas, y nos hemos consolidado como los principales socios comerciales entre nuestros tres países, con gran interdependencia entre sí para buena parte de nuestros procesos productivos e industriales.

La capacidad que se tiene en la región de ofrecer más productos a mejores precios a nuestras sociedades sólo es posible por estos 30 años de integración.

Además, hemos logrado procesos de integración industrial regional ejemplares, con industrias clave para el mundo como lo es la industria automotriz.

Somos la segunda región de mayor producción de vehículos en el mundo. Dos de nuestros 3 países están en el top 10 de producción. Igual en autopartes, los 3 países están en el top 15. Y en mercados de ventas, también estamos en el top 15.

Esto representa la generación de empleos de alta calidad, el desarrollo de una fuerza laboral altamente capacitada y sofisticada, ingresos importantes para los hogares que dependen de esta industria y de todas las que están de alguna u otra manera relacionadas. Es prosperidad y desarrollo.

Lamentablemente, de unos años a la fecha, y en particular la nueva era del T-MEC a partir de 2020, los 3 países han tenido un ánimo de dilapidación de esta importante integración, con discursos públicos y acciones gubernamentales totalmente adversas al concepto de Norteamérica como región.

Desde al menos 2018 a la fecha, de manera sistemática se han tenido políticas públicas o proteccionistas violatorias del tratado en los 3 países. Ya sea por acciones proteccionistas, como es el caso de Estados Unidos y Canadá, o por acciones de debilitamiento institucional y democrático como en México.

En un entorno geopolítico cada vez más marcado por las tensiones económicas de Estados Unidos con China; y por el profundo discurso polarizante, México ha sido la piñata favorita de los políticos estadounidenses en el terreno electoral.

Aunque con falsedades y sin datos de sustento, se ha acusado a México de ser un puente para las inversiones chinas que buscan exportar sus productos hacia Estados Unidos, buscando, según el discurso electorero, aprovecharse de las facilidades que da el T-MEC a México.

Adicionalmente, el discurso anti inmigrante que ha imperado los últimos años en Estados Unidos, junto con su profunda incapacidad, o decidia, de hacer algo contra los cada vez más altos niveles de consumo de drogas, han posicionado a México como el punching bag preferido de todos sus problemas.

Recientemente, Canadá se ha unido a estos señalamientos de México como amenaza china para la región. También, en un profundo intento irresponsable del primer ministro por tratar de recuperar algo del amplio terreno electoral que ha perdido por sus malas decisiones de gobierno.

La política electorera de Estados Unidos y Canadá está generando un entorno basado en falsos supuestos que es muy peligroso, no solo para México sino para América del Norte en su conjunto.

No ayuda que en México, lejos de ver cómo reafirmar nuestra confiabilidad como socio comercial y político, hay más preocupación por ver de qué manera se impulsan reformas anacrónicas y regresivas, que afectan la confianza los socios e inversionistas internacionales.

Para hacer frente a campañas de desinformación, como la iniciada en Canadá por su asociación de autopartes contra México por temor a perder competitividad, sin ver que en la perspectiva general ellos salen también perdiendo con ese discurso.

O para contrarrestar discursos falaces de corte electoral en Estados Unidos para generar encono, sin entender que el costo económico e inflacionario para ellos de no tener a México como socio es insostenible, es fundamental que el gobierno mexicano se ponga en orden y tenga una estrategia.

La división de Norteamérica sería mortal, y totalmente contraria a la preocupación que hay sobre la invasión comercial china, y su control de las cadenas globales de componentes críticos.

Como ejemplo regresemos al automotriz. Norteamérica produce 17% de los vehículos del mundo. El primer lugar es Asia, con 60%; y el tercero es Europa con 16%, es decir, nos pisa los talones.

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Si Estados Unidos y Canadá realmente quieren hacer frente a China, se requiere de una estrategia trilateral hacia 2026 de cómo ser más competitivos contra China, integrándonos mejor y reduciendo las barreras y restricciones que hay entre nuestros países.

El T-MEC es el tratado más restrictivo en el mundo para la industria automotriz. Hacerlo más restrictivo no solo nos aleja de competirle a China, sino que nos llevaría a perder ante Europa nuestro lugar mundial de producción.

México debe actuar pronto para demostrar, no solo a los otros dos gobiernos, sino a las tres sociedades por qué un discurso anti norteamericanista les afecta a todos los trabajadores y sus familias, y empeora el escenario geopolítico, fortaleciendo a China.

Es fundamental regresar a la época de los 3 amigos. Nuestra fuerza actual es gracias a 30 años de integración regional, que hoy tiene que profundizarse y fortalecerse si queremos seguir en el mapa mundial, no solo automotriz sino económico en general.

El primer paso es que los 3 países dejen de violar al T-MEC, y entiendan que es necesario flexibilizarlo para fortalecer a la región. A la par de entender que el discurso público adverso solo dificulta un proceso exitoso, y le va dando más ventajas a China.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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