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#ColumnaInvitada | AMLO en la sombra de Sheinbaum y el peso de la elección en EU

El próximo cambio en la Casa Blanca podría significar un reto de relaciones exteriores que exigiría un liderazgo fuerte y autónomo.
mar 05 noviembre 2024 05:03 AM
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Desde la campaña, Sheinbaum prometió "continuidad con sello propio", y su estilo ha intentado reflejar un equilibrio entre la continuidad del proyecto de AMLO y una administración con características propias, apunta Carlos A. Ibarra.

Si tiene pico de pato, plumas de pato, camina como pato y hace "cuac", ¿es un pato? Esta frase popular resuena hoy en México, especialmente en torno a la presidenta, Claudia Sheinbaum. Para muchos, sus primeras semanas en el cargo han dejado la impresión de que, aunque es oficialmente la mandataria, quien podría seguir gobernando es su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, una percepción que también se refleja en opiniones divididas en la prensa internacional.

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Desde la campaña, Sheinbaum prometió "continuidad con sello propio", y su estilo ha intentado reflejar un equilibrio entre la continuidad del proyecto de AMLO y una administración con características propias. La prensa internacional observa estos primeros pasos con interés y cautela.

La BBC señaló recientemente que "para bien o para mal... las 'mañaneras' de Andrés Manuel López Obrador revolucionaron las formas de la política mexicana". La versión de Sheinbaum, renombrada como “las Mañaneras del Pueblo”, “comienza media hora más tarde, dura menos tiempo y asigna un espacio para temas específicos como salud, historia y género”, como consigna el medio británico. Estos cambios reflejan el esfuerzo de Sheinbaum por diferenciarse, aunque sea en detalles menores.

Por otro lado, si bien la mandataria ha intentado, al menos en apariencia, moderar el tono confrontativo de las conferencias de prensa, el recientemente instaurado “Detector de mentiras” indica que su estilo podría alinearse al de López Obrador en ciertos aspectos fundamentales. Esta nueva sección, en la que se presentan como “noticias falsas” aquellas que el gobierno considera desfavorables o críticas, recuerda a la sección “Quién es quién en las mentiras de la semana” del sexenio anterior.

Las declaraciones de Miguel Ángel Elorza, encargado de esta sección, en el sentido de que la desinformación “es la principal amenaza a la democracia en la era moderna,” llamaron la atención de medios como France 24, ya que, para el medio galo, se "retoman posturas de AMLO con la prensa". Estos dichos de Elorza reflejan un enfoque que, si bien alude a la transparencia, también puede interpretarse como una estrategia para mantener control sobre la narrativa pública, un estilo característico del expresidente.

Más allá de las impresiones de la prensa extranjera, este debate adquiere especial relevancia en la dimensión internacional frente a las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Para muchos, la “dependencia” de Sheinbaum se ha visto reflejada en decisiones clave como la llamada “reforma judicial” o la recién aprobada “Ley de Supremacía Constitucional,” impulsada de manera sumaria por el partido oficialista Morena en el Congreso Federal y los congresos estatales, pese a que, en un inicio, la presidenta había mostrado una actitud más moderada frente a estos temas.

El próximo cambio en la Casa Blanca podría significar un reto de relaciones exteriores que exigiría un liderazgo fuerte y autónomo. Con el posible retorno de Donald Trump, un político conocido por sus posturas antimexicanas y su abierta misoginia, la percibida falta de autonomía en el gobierno de Sheinbaum podría interpretarse como una vulnerabilidad, dejando a México en una posición frágil frente a un vecino poco conciliador.

Por otro lado, si Kamala Harris llega a la presidencia de Estados Unidos, el escenario tampoco sería del todo favorable para la mandataria mexicana. Aunque Harris representa una postura menos abiertamente hostil hacia México que Trump, su crítica a la gestión mexicana en temas de seguridad y migración podría poner presión en el gobierno de la científica para distanciarse de las prácticas de AMLO y adoptar una postura diplomática más independiente.

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A lo largo de su carrera, Harris ha mostrado preocupación por la situación migratoria y la cooperación de México en esta área, lo que implicaría que la presidenta mexicana deberá fortalecer sus relaciones exteriores y demostrar una autonomía que la diferencie del estilo de su predecesor.

El desafío es claro: en un contexto donde los líderes globales esperan tener un interlocutor que pueda tomar decisiones propias, la presidenta enfrenta el reto de ser percibida como una figura independiente. La relación de México con Estados Unidos, especialmente bajo un gobierno estadounidense que podría adoptar una postura crítica, requiere que la mandataria se muestre capaz de negociar en sus propios términos y defender los intereses de México de manera eficaz y autónoma.

La sombra de López Obrador podría hacer que la mandataria aparezca débil ante los ojos de líderes extranjeros. El futuro de México bajo la presidencia de Sheinbaum dependerá, en buena medida, de su habilidad para mostrarse como una dirigente con voz propia y con una visión distinta. Solo así podrá México enfrentar, con una postura fuerte y un liderazgo claro, los desafíos de una relación compleja con su vecino del norte.

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Nota del editor: Carlos A. Ibarra es periodista e integrante del Observatorio de Medios Digitales del Tecnológico de Monterrey , profesor de cátedra en dicha institución y consultor en Comunicación estratégica y Relaciones Públicas. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

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