Publicidad
Publicidad

El reto de gobernar para todas y todos, incluidos los que no votaron por ella

Los teóricos ven en la democracia una forma de gobierno que protege libertades y derechos también de las minorías; implica el respeto de todas las voces, aún de las que se oponen.
lun 30 septiembre 2024 06:02 AM
Mexico's President-elect Sheinbaum speaks at inauguration of Museo Vivo in Mexico City
El reto principal para la nueva presidenta se resume en una administración justa, considera Azucena Cháidez.

El principio de la democracia es la voz de la mayoría. Sin duda el mandato que comienza este 1 de octubre comienza con niveles de aprobación históricos entre la población. Sin embargo, la democracia sustantiva – no sólo electoral- como forma de gobierno es más que el mandato de las urnas.

Los teóricos ven en la democracia una forma de gobierno que protege libertades y derechos también de las minorías; implica el respeto de todas las voces, aún de las que se oponen.

Es decir, protege y brinda espacios a la vez a la mayoría y a sus detractores.

Publicidad

La nueva presidenta Claudia Sheinbaum tiene frente a sí el reto de gobernar para todas y todos, incluidos aquellos que no votaron por ella, aquellos que dudan, que temen o que se oponen abiertamente. En un México tan desafiante y diverso, donde podríamos enumerar grandes retos en todas las áreas de la vida social, política y económica, hay dos que bien podrían ser la base de un gobierno diferente.

En primer lugar, ver y escuchar a aquellos que no coinciden con ella, se antoja quizás el reto más grande. La tentación de validar toda decisión a partir del enorme respaldo del voto popular en las urnas será una constante, pero un país como el nuestro no puede olvidar a los disidentes. Los que se sienten olvidados no necesariamente están siendo representados por la 4T. Y no me refiero a los “conservadores” o los detractores del gobierno. Se trata de grupos poblacionales que -como los familiares de los desaparecidos, las víctimas de violencia de género, los defensores del medio ambiente o las comunidades más alejadas -mantenían la esperanza de saldar con el gobierno saliente la dolorosa deuda de seguridad en nuestro país. Los desposeídos de esperanza reclaman ser vistos, encontrar empatía y respuesta. Una deuda de justicia. Un reto de visibilidad y atención.

En línea con esta deuda está la seguridad. Ésta por sí misma representa la amenaza más grande a la estabilidad y la gobernabilidad del país. Adicional a ello, la estrategia en este rubro presenta complicaciones: estará liderada por una mujer en un país que sigue siendo profundamente machista, con unas fuerzas armadas cada vez más poderosas y un aparente desprecio por los problemas que se dispersan con rapidez por el país.

La seguridad requiere de atención, ingenio y una líder que tenga claridad sobre la línea de acción que permitirá a nuestro país salir del control de grupos organizados en regiones como Sinaloa. Esta problemática requiere mucha más inteligencia que sólo mano dura, es una deuda que lastima al país desde varios frentes: la impunidad, la corrupción o la ausencia de justicia son a la vez, causa y saldos de la inseguridad. Incluso a veces, estrategias de supervivencia. De ahí la urgencia de su atención, y lo retador de su urgencia.

Publicidad

Vale la pena preguntarnos por qué queremos la democracia como forma de gobierno. Si nos remitimos a la ya mencionada democracia sustantiva, que trasciende las urnas y promete la protección de derechos y libertades para las minorías, queremos democracia porque en ella cabemos afines y disidentes, los que tienen voz y los que la han olvidado.

Queremos una democracia que garantice un espacio mínimo de protección y seguridad a todas y a todos desde la representación política, en la redistribución de los espacios de toma de decisiones y en el reconocimiento de nuestras preocupaciones; los tres pilares básicos de la justicia de acuerdo con la filósofa e intelectual Nancy Fraser. En este contexto, el reto principal para la nueva presidenta se resume en una administración justa.

____

Nota del editor: Azucena Cháidez Montenegro es directora general de SIMO. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

Publicidad

Newsletter

Los hechos que a la sociedad mexicana nos interesan.

Publicidad

MGID recomienda

Publicidad