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#ColumnaInvitada | Nadie elegirá jueces ni magistrados

En tanto sean funcionales a los intereses de Morena, el nuevo Poder Judicial Federal mantendrá criterios constitucionales elaborados por la anterior Corte y Tribunales Federales democráticos.
jue 26 septiembre 2024 06:08 AM
Carta a la OEA
A partir de ya, antes de tomar protesta, la nueva Corte sostendrá constitucional todo acto de la Ejecutiva; dócil, obsequiosa al Legislativo. Su función obispal: realizar sólo confirmaciones. Veremos el regreso con esteroides del unipartidismo priista, apunta Leonardo González Martínez.

Jueces y magistrados serán seleccionados por comités políticos. Imagine un embudo: ancha boca (convocatoria), estrecho final (candidatos). Resultado: una farsa de una sola ideología con distinto formato humano. Mismo dulce, distintas envolturas.

El gran elector lo integrarán comités del Ejecutivo, Legislativo y del Poder Judicial ya controlado. Falso: será el partido oficialista controlado por la presidenta. Ella impondrá listas finales de candidatos para toda la Judicatura Federal. Es probable, para evitar confusión y estéril competencia, que mismas personas aparezcan en cada lista.

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El requisito fundamental para ser juzgador federal no está escrito. Usted no necesita promediar 8 en la “licenciatura patito” que ayer expidió su título, tampoco acreditar 5 años de algo con apellido jurídico. Usted requiere padrino o madrina morenista, alguien con el favor de la corte celestial guinda. Su protector deberá jurar en su nombre lealtad, comprometerse a que usted no piense, obedezca y mueva la cola a Morena.

Recordemos la última terna a ministras de la Corte: tres candidatas idénticas con distinto peinado. Quedó ¿la más preparada, con mejor experiencia, mejor peinada? La más leal. Nueva Corte y Judicatura serán “puras”: pura lealtad. ¡No pueden fallar!

En tanto sean funcionales a los intereses de Morena, el nuevo Poder Judicial Federal mantendrá criterios constitucionales elaborados por la anterior Corte y Tribunales Federales democráticos. Pero a partir de ya, antes de tomar protesta, la nueva Corte sostendrá constitucional todo acto de la Ejecutiva; dócil, obsequiosa al Legislativo. Su función obispal: realizar sólo confirmaciones. Veremos el regreso con esteroides del unipartidismo priista.

Poder Ejecutivo, Legislativo, fusionados con la nueva Judicatura se retroalimentarán, se rendirán mutua alabanza. ¡Por fin¡ Todos pueblo, no más amenazas ni críticas. Nadie podrá exigir algo.

En alguna mañanera, el Ejecutivo saliente informó dónde iniciará la interpretación popular. Presumiblemente serán las materias Penal y Fiscal afines a sus intereses y prioridades. En la primera, ¿por qué no?, el inicio del matrimonio feliz entre juzgadores federales y fiscalías. Jueces del Bienestar sin identidad, sin nombre, sin capacidad, bajo emotivo y terrorífico título de “Jueces sin Rostro” vincularan –someterán– a juicio penal todo aquello que la Fiscalía solicite, dictarán sentencias condenatorias dúctiles –adaptables a todo y a todos–. Cárceles abarrotadas de inocentes, algunos quizá culpables. Todos sometidos mediante combinaciones de prueba mínima y argumentos débiles, falaces.

¡Grandes, grandísimos aplausos! de la población manipulada probarán aquel acertado presidente que exhibía a los corruptos jueces que soltaban criminales.

El tema fiscal, otra materia para aplausos. Evasores, defraudadores, élites económicas combatidas eficazmente por el órgano recaudador. La prisión preventiva oficiosa fiscal requerirá pocos casos disuasorios. Al final: todos seremos arrodillados con su sola presencia.

El amparo fiscal, mero producto cosmético, no servirá a intereses económicos como un buen día dijo nuestro Mesías. Ejecuciones fiscales de villanos harán efectivo el novísimo derecho fundamental, Made in México: ser ejecutado sin debido proceso. Versión remasterizada de “mátalos en caliente”.

Custodiado todo esto y contra cualquier ministro o juzgador retrograda del pasado, mediante el temible Tribunal de Disciplina Judicial.

No todo son malas noticias, hay peores.

A medida que los juzgadores federales sean politizados es fácil hacer premoniciones. Por ejemplo, algo no cambió la sabia reforma judicial: los juzgadores federales son última palabra en materia penal local. Parodiando a Luther King, Yo tuve una pesadilla: aquello o aquellos que estorben (ustedes también queridos morenistas), serán sometidos al derecho fundamental de la prisión preventiva…ni siquiera los gobernadores podrán intervenir. Juzgadores federales tendrán a su disposición su vida y muerte civil.

Tomaron escasos cinco minutos las Legislaturas locales para hipotecar a perpetuidad todos los derechos fundamentales de ellos y todos los mexicanos. Más difícil cooptar un senador que 17 Congresos locales. Con algunos ajustes mínimos, todo problema o conflicto político local será, como se dice alegremente, área de oportunidad federal.

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¿Algún consejo práctico para abogados? Ignoren conceptos fundamentales del Derecho y Teoría Procesal. No pierdan tiempo con argumentos, pruebas, precedentes de sentencias; atiendan a los nacientes tratadistas jurídicos de la Cuarta Transformación. Obedezcan al antiguo, renovado aforismo: “ad dominus circi”. Vayan con el dueño del circo.

Para resolver sus casos deberán desembolsar tarifas del bienestar, conocidas finamente como aportaciones. Recibirán, tal vez, democrático turno con algún infalible jerarca morenista, voz autorizada del bienestar, del pueblo sabio. Dependiendo del sapo será la pedrada (otro aforismo que resurgirá). Los nuevos juzgadores algún resto de independencia tendrán, humilde residuo de la voz y espíritu de Morelos: “todo aquel que se queje con justicia, tenga un tribunal que lo escuche, lo ampare y lo defienda…” No olvide algo que olvidó el prócer guerrillero“…”y le expida comprobante fiscal”.

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Nota del editor: Leonardo González Martínez es Magistrado de Circuito Federal de Carrera Judicial. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

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