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Nuestra erosión democrática en perspectiva comparada

Puede ser que en las próximas elecciones una mayoría democrática avale el retroceso autoritario que representa la oferta electoral del obradorismo. ¿Cómo se ve ese escenario en perspectiva comparada?
mar 19 marzo 2024 06:05 AM
Nuestra erosión democrática en perspectiva
Salvo por India, a la que todavía considera una “democracia defectuosa”, la Unidad de Inteligencia Económica de The Economist clasifica a Indonesia, Kenia y México ya no como democracias sino como “regímenes híbridos”, apunta Carlos Bravo Regidor.

Es cierto que en las elecciones de junio próximo está en juego no solo la distribución del poder, como ocurre cada 6 años, sino la naturaleza misma del régimen político mexicano. La coalición del presidente López Obrador y su candidata, Claudia Sheinbaum, ha propuesto como parte de su oferta electoral una serie de reformas que, de llevarse a cabo, afectarían muy severamente la institucionalidad, los contrapesos y la pluralidad en los que desembocó el proceso de transición a la democracia. Todo indica, sin embargo, que para un amplio sector de la población dicha afectación no es un problema: porque eso quiere, porque no lo percibe, porque no le importa o no lo entiende. Es decir, estamos ante un escenario en el que es factible que una mayoría ciudadana no solo no rechace el retroceso autoritario que representarían esas reformas, sino que incluso lo termine avalando con su voto.

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La encuesta global 2023 del Pew Research Center (PRC) , publicada a finales de febrero, permite poner esa posibilidad en perspectiva comparada. El PRC solicitó a los encuestados de 24 países que calificaran como “buenos” o “malos” cuatro sistemas políticos: democracia representativa (gobierno de funcionarios electos), tecnocracia (gobierno de los expertos), autocracia (gobierno de un hombre fuerte) o militarismo (gobierno del ejército). Las respuestas de los mexicanos están cerca de la media internacional en la primera pregunta, pero se despegan mucho en las últimas tres. En el siguiente recuadro pueden verse los números:

Nuestra erosión democrática en perspectiva comparada

Los mexicanos valoran la democracia representativa mayoritariamente como una buena forma de gobierno. Un poco menos que los suecos (87 vs. 10%), igual que los italianos (78 vs. 20%), un poco más que los argentinos (67 vs. 24%), pero a niveles más o menos similares que los ciudadanos de todos los demás países encuestados. Hasta ahí todo aparentemente “normal”.

La cuestión es que también valoran como mayoritariamente buenas, aunque en una proporción menor, otras formas de gobierno que no son democráticas. Y ahí sí se ubican fuera del rango de la “normalidad”. En cuanto a la tecnocracia (“un sistema en el que son los expertos, no los funcionarios electos, quienes toman las decisiones conforme a lo que estiman mejor para el país”) apenas dos países registran una valoración positiva mayor que la de los mexicanos: India (82%) y Hungría (80%). En cuanto a la autocracia (“un sistema en el que un líder fuerte toma las decisiones sin interferencia del congreso ni de los tribunales”), otra vez, solo tres países aparecen por encima de México: India (67%), Kenia (52%) e Indonesia (51%). Y en cuanto al militarismo (“un sistema en el que los militares gobiernan el país”), otra vez son solo dos países los que obtienen porcentajes de valoración buena superiores al de México: India (72%) e Indonesia (69%). Un último dato se refiere a cómo cambió la valoración positiva de la autocracia durante los últimos 6 años, entre 2017 y 2023. Los tres países que encabezan esa lista son México (de 27 a 50%), Kenia (de 39 a 52%) e India (de 55 a 67%).

¿Qué tienen en común, según los datos que ofrece el propio el PRC, México, India, Indonesia y Kenia? En primer lugar, están entre el grupo de países con el PIB per cápita (ajustado por PPA) más bajo de toda la muestra. En segundo lugar, son los países cuyas poblaciones tienen una visión más positiva de sus líderes: Joko Widodo (Indonesia) arroja un 89%; Andrés Manuel López Obrador (México), un 82%; Narendra Modi (India), un 79%; y William Ruto (Kenia), un 71%. Y en tercer lugar, los partidos que gobiernan en cada uno de esos países están en el grupo de los que suscitan una visión más favorable entre la población: en México, Morena tiene un 74%; en India, el Partido Popular Indio un 73%; en Kenia, la Alianza Democrática Unida un 66%; y en Indonesia, el Partido Democrático Indonesio de la Lucha un 64%.

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En suma, todos son países con líderes políticos de pretensiones hegemónicas, en los que el partido en el gobierno llegó al poder por la vía electoral, prometiendo hacerse cargo de los agravios económicos de sus ciudadanos y en los que, de un modo u otro, se están viviendo procesos de erosión democrática. De hecho, salvo por India, a la que todavía considera una “democracia defectuosa”, la Unidad de Inteligencia Económica de The Economist clasifica a Indonesia, Kenia y México ya no como democracias sino como “regímenes híbridos”.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor. Síguelo en la red X como @carlosbravoreg

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