1. Polarización. En la narrativa prevalecerá la polarización: en los discursos, debates y la opinión pública se hablará sobre los beneficios de continuar transformando al país con la propuesta de gobierno actual versus lo riesgos que implica continuar con la cuarta transformación y el retroceso que esto implicaría para México. Esta dicotomía se buscará acentuar lo más posible, incluso al grado de la intolerancia entre ambas posturas.
2. El cuarto candidato. El presidente por primera vez en 18 años no está en la boleta electoral de la elección presidencial, sin embargo esto no lo detendrá, agotará todos los recursos a su alcance para ser un protagonista de la elección, estará presente a partir de los debates que organice para discutir sus propuestas de reformas constitucionales, ya también anunció una gira por todo el país, sin prensa según él, pero lo cierto es que el impacto mediático lo dará, además desde luego de la ya conocida mañanera desde donde todos los días dirige las campañas, buscará la forma de ser un factor en la elección, pues es la figura central del movimiento.
3. Intervención estatal. Sumado a la activa participación del presidente en la elección hay que considerar que el gobierno no escatimará en el uso de cualquier recurso a su alcance. Un claro ejemplo lo hemos visto en los monitoreos de medios de comunicación que hace el INE, los medios del Estado están llevando a cabo coberturas tendenciosas a favor de las candidaturas oficialistas. Además harán uso de los siervos de la nación, los programas sociales, y cualquier recurso que sea necesario para incidir en la elección y cargar los dados a su favor.
4. Violencia electoral. En lo que va del proceso electoral se han asesinado a más de 19 aspirantes a una candidatura o precandidatos, llevamos 67 hechos de violencia, es un hecho que el crimen va a buscar incidir en la elección y las instancias de seguridad del gobierno poco harán por impedirlo o controlarlo. Esta es una tendencia que desde 2018 se viene acentuando.
5. Arbitraje. Las autoridades electorales tienen un papel preponderante en la elección, sin duda lo que hagan o dejen de hacer marca el rumbo de las mismas, hasta ahora han sido laxas y permisivas ante las diferentes irregularidades que se han presentado, desde el inicio anticipado de los procesos de definición de candidaturas, hasta la opacidad en los procesos de fiscalización, pasando por la constante violación al principio de neutralidad. Nunca es tarde para darle preferencia a la equidad.