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#ColumnaInvitada | La manzana envenenada

Lo que el presidente quiere es meterse de lleno en la campaña electoral puesto que hoy sabe que no tiene una candidata ganadora y quiere hacer hasta lo imposible para que no pierda.
mar 13 febrero 2024 06:02 AM
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Mientras la oposición adelantó que no permitirán cambios que atenten contra el equilibrio de poderes, Morena y sus aliados aplaudieron el paquete de reformas que presentó el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Hace unos cuantos días, el lunes 5 de febrero para ser precisos, el presidente hizo su más reciente fechoría. Presentó una serie de iniciativas para introducir 18 reformas constitucionales y 2 de carácter legal. En forma por demás increíble lo que se mandó es una bola baja que solamente busca generar un enorme desgaste en su análisis y discusión cuando en realidad no tienen mérito o real posibilidad de ser aprobadas con la integración del Congreso actual. Pero hay peligros subyacentes.

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Como todo lo que ocurre con este gobierno se trata de un engaño con una narrativa atractiva en la superficie, pero muy peligrosa bajo la cáscara. En la especie lo que el presidente quiere es meterse de lleno en la campaña electoral puesto que hoy sabe que no tiene una candidata ganadora y quiere hacer hasta lo imposible para que no pierda. Sus acciones son reflejo directo de ese temor. Está desesperado, máxime ahora que se han dado a conocer en forma más que evidente sus vínculos con la delincuencia organizada.

Revisemos los principales temas y referencias sobre las reformas constitucionales propuestas. De entrada llama la atención los tiempos de la iniciativa. La misma no se hizo en cinco años de gobierno. Se hacen en el ocaso de su gobierno porque, insistimos, lo que quiere ahora es meterse a la elección. No actúa como jefe de estado, sino como jefe de campaña.

Una buena parte de las iniciativas, que el presidente sabe no se pueden aprobar por no contar con la mayoría calificada, son en realidad una trampa para la oposición de que se vean como traidores. Afortunadamente se desactivó ese argumento en lo tocante al tema de pensiones al decir los partidos de oposición que se podría apoyar dicha reforma siempre y cuando el gobierno establezca el origen de los recursos para hacerla efectiva – cosa que evidentemente el gobierno no es capaz de hacer con solvencia. Por ello es crítico que se desechen pronto para no caer en la provocación.

No podemos dejar de referirnos al efecto distractor de estas iniciativas, cuando el país pasa por uno de sus momentos de mayor deterioro en muchos rubros. El tema de inseguridad está peor que nunca. El empoderamiento de la delincuencia organizada es real. La salud está devastada hasta su raíz. La educación perdida y sin calidad. Un desastre generalizado.

Pero además hay otros peligros reales en las propuestas. Se quiere trastocar el orden constitucional. El ataque al Poder Judicial es visible y terrible. La elección popular de miembros de la judicatura implica la destrucción de cualquier vestigio de independencia y autonomía. Estamos a un Ministro de perder la capacidad de tener un contrapeso eficaz contra actos inconstitucionales. Los organismos constitucionales autónomos son conquistas ciudadanas para evitar que el presidente pueda actuar con excesos o en base a caprichos. Eliminarlos nos regresa 30 o 40 años.

En el fondo lo que está ocurriendo en forma clara, paulatina y permanente es un golpe de estado. Lo que es un hecho es que se están afectando las bases constitucionales democráticas del país. Estas reformas no pasarán, pero el mensaje autocrático es real y claro de enfocar al país hacia una tiranía. La acumulación de poder es algo que descarrila a nuestra joven democracia para pretender llevarnos a lo que sucede en países como Cuba, Venezuela, Bolivia, El Salvador, Nicaragua y otros.

La referencia a ahorros es un tema demagógico puesto que este gobierno ha sido el de mayor despilfarro de la historia. Las fuerzas armadas siguen siendo institucionales, pero no podemos seguir arriesgándolas ante tanta tentación de poder y abundancia económica. Pero además, debemos tener mucho cuidado con el poder creciente de la delincuencia organizada que ya no tiene límites en abusar de la ciudadanía en general, y ya incluso meterse de lleno a los temas de gobierno. Están cobrando los intereses por la inversión que hicieron con su socio, el actual primer mandatario, desde la campaña de 2006 y sucesivas. No por nada es que ahora es un hecho que estamos frente a un #NarcoPresidente

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Vemos enormes riesgos para los jóvenes y apáticos. No parecen estar alertas porque no han vivido épocas de austeridad o limitaciones democráticas. La solución sí está en nuestras manos. Ni Estados Unidos ni otros vendrán a nuestro rescate. O le entramos o nos llevan al Rancho de YSQ.

Si no somos contundentes como ciudadanía para parar la ruta actual y los derrotamos el 2 de junio, en los hechos sabremos entregado a nuestro país a las manos de la delincuencia organizada. No podremos ver la luz de la democracia y el Estado de Derecho probablemente por décadas. De ese tamaño es el reto que habremos de enfrentar y que con una participación masiva es posible el éxito. El país está en nuestras manos. De nosotros depende si conservaremos las libertades o las empeñaremos por simple apatía y desinterés. Por supuesto que es posible la hazaña cívica. La suma de todas las voluntades lo hará real.

En lo que está la salida de este laberinto es el enfoque ciudadano. No perdamos de vista que somos los reales titulares del poder. Las autoridades son nuestros empleados electorales. Nos deben todo el respeto y no a la inversa. Tenemos una enorme responsabilidad. La apatía y el desinterés dio la pauta para que un proyecto sin bases llegara al poder. Ahora nos toca rescatar al país de la hecatombe a la que se dirige actualmente.

La expectativa de este gobierno es que no despierte el pueblo. Por ello mandan una manzana envenenada pensando que la vamos a morder. Para ellos lo ideal es que no sigamos avanzando, y sin embargo se van a topar con pared en el momento en que el 18 de febrero inundemos las calles en el Zócalo y en más de 120 ciudades en México y en el extranjero. Es la antesala de demostrar la potencia para el sismo ciudadano que demostrará la capacidad de redirección el domingo 2 de junio. El país se merece un mejor destino. Todos colaboraremos para hacerlo realidad.

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Notas del editor: Juan Francisco Torres Landa es miembro del Consejo Directivo de UNE México y de la red de Unid@s. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

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