¿Samuel García tenía derecho a pedir licencia y buscar contender por la presidencia de la República? Sí, sin lugar a dudas. ¿Al Congreso le correspondía nombrar al gobernador interino por tratarse de una licencia que excede los 30 días? También, tampoco existe controversia en ese punto. Hasta aquí me parece que las cosas son claras, lo que vino después es un reflejo de la ausencia de voluntad y disposición de todas y todos los involucrados.
Me parece legítimo que el gobernador pretendiera que una persona afín a su proyecto político y de gobierno se quedara a cargo de la administración durante su ausencia. Es un exceso que el Congreso, en primer lugar, haya nombrado a la persona que encabeza el órgano jurisdiccional, el cual en primer lugar no debería tener un perfil, ni mucho menos ambiciones políticas, su designación fue totalmente ilegal e inconstitucional. Aunque el vicefiscal sí reunía los requisitos legales, no estoy seguro de que su perfil sea el idóneo para gobernar una entidad. Esto lo que demuestra no es solamente la renuncia a la búsqueda de consensos y diálogos para lograr un perfil con el que todas las partes estuvieran de acuerdo, y sobre todo que conviniera a Nuevo León. Pero no fue así, hubo una ausencia de voluntad por solucionar el tema, prevalecieron los egos y las soberbias.
Lo que vino después es solo una muestra de la anteposición de las ambiciones personales sobre el interés colectivo, el bienestar de la ciudadanía y la estabilidad del Estado. Incertidumbre por todos lados, cada uno aferrándose a su cargo, todos queriendo definir y decidir quién tiene el poder y quién manda. Lo peor es que esto no es una escena o un hecho aislado, lo hemos visto en diferentes ocasiones en nuestro país.
Al mismo tiempo que esto pasaba en Nuevo León, en la Ciudad de México el Congreso buscaba impedir aprobar la licencia para que Santiago Taboada cumpliera con los requisitos legales para ser candidato a la Jefatura de Gobierno. En su momento, en Chiapas, Manuel Velasco también hizo circo, maroma y teatro para poder ser senador de la República y gobernador de manera simultánea; Jaime Bonilla, en Baja California, buscó por todas las vías extender el periodo de su mandato como gobernador a pesar de que la Constitución local era clara; al término de su mandato regresó a su escaño en el Senado.