Corrían los días aciagos de 2020, época que hoy miramos como un impasse de aprendizaje forzado. En mayo de ese año, especialistas en transporte público afirmaban que las medidas de confinamiento provocadas por la pandemia del virus del Covid-19 habrían provocado una caída del 80% en la demanda de personas usuarias; la movilidad estaba en jaque, se necesitarían más de dos años para comenzar a recuperar estándares de demanda competitivos y más de 15,000 millones de pesos de inversión para renovar el transporte.
#ColumnaInvitada | En 2024; súbale, hay lugares
Diciembre de 2023 nos anuncia una buena noticia: se ha restablecido la cadena logística y el traslado de pasajeros, superando los efectos negativos generados por la pandemia.
De acuerdo a estimaciones, el número de pasajeros transportados en el año superará los 3,749 millones con el que cerró 2019, reafirmando así la tendencia de las y los mexicanos de moverse en transporte público.
La rebelión ciclista que enfrentó al bicho
Según notas periodísticas de la época y datos oficiales, la avenida más larga de la ciudad, Avenida de los Insurgentes, se convirtió en el espacio perfecto para la movilidad ciclista. “Se tenía un registro de 1,996 personas que transitaban en bicicleta al día; los datos más recientes señalan que ahora circulan 7,000, lo que representa un crecimiento del 250% en la afluencia”, la información confirmaba la buena nueva: nos subimos a la bici.
El Estado de México no fue ajeno a la ebullición ciclista generada en la capital, miles de jóvenes y adultos salieron a las calles, pero la pandemia seguía vigente y la bicicleta era una alternativa segura, divertida, sana. Se dieron así la ciclovía emergente en Naucalpan, y luego la infraestructura permanente en Toluca, Tlalnepantla y la gran ciclovía metropolitana.
El ímpetu de la sociedad civil dejó su impronta durante y posterior a la pandemia: lograron impulsar infraestructura emergente que luego se volvió permanente.
2024, la elección más grande, la oportunidad inédita
Este 2023 está por concluir y el año siguiente es un hito clave. El transporte ha regresado, como expuse en el inicio del texto, a niveles de demanda deseables. La arena electoral es el espacio propicio para pensar que los renovados gobernantes de nueve gubernaturas -incluida la Ciudad de México-, más de1,500 ayuntamientos, el Congreso de la Unión y, desde luego, la Presidencia de la México, tienen la oportunidad de aprovechar este nuevo boom de la movilidad; las ciudades se van recuperando poco a poco del letargo económico que dejó la pandemia y el transporte es el vehículo que puede acercarnos hacia objetivos de prosperidad anhelados.
Las propuestas de campaña deben incluir de manera seria los temas que el derecho constitucional a la movilidad mandata, sería deseable que quienes aspiren de dirigir el país aborden temas como:
- Elevar de forma notable el presupuesto en sistemas masivos de transporte en todo el país.
- Asignar recursos e infraestructura generosa y sólida para la movilidad ciclista en general.
- Lograr los acuerdos necesarios que permitan que, a través de alianzas con la iniciativa privada, modelos como el de Ecobici se expandan hacia todas las ciudades de México con operadores y autoridades que entiendan que la movilidad es un medio y que la sustentabilidad es una urgencia y que juntas son el binomio de la prosperidad.
- Garantizar regulación, sanciones, para ofrecer seguridad vial en el país y mitigar las dolorosas cifras de defunciones por siniestros en transporte público patito, por excesos de velocidad y consumo de alcohol irresponsable y al volante.
- Incentivar mecanismos para la renovación vehicular que garantice las condiciones físico-mecánicas y la transición energética.
Sin ese mínimo de propuestas, estaremos -otra vez- aletargando nuestra movilidad a nivel nacional; pero si se aprovecha la oportunidad, entonces, nos estaremos aproximando a estándares de la calidad anhelada. Así que ustedes saben si dejan pasar esta oportunidad histórica; o se suben, aún hay lugares.
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Nota del editor: Elim Luviano Heredia es un especialista con más 15 años de experiencia en política pública sobre movilidad sustentable. Fue director General de Autotransporte Federal en la SCT y director del Sistema de Transporte Masivo y Teleférico del Estado de México. Y es Maestro en Derecho por la Loyola University Chicago School of Law. Síguelo en X como ( @e_luviano ). Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.