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#Oteador | Fosfo fofo

La candidatura de quien seguirá gobernando Nuevo León fracasó tres veces: deja a su partido en una crisis derivado de una salida en falso y demuestra una profunda falta de capacidad.
lun 04 diciembre 2023 06:15 AM
Promo de campaña de Samuel García
La campaña de Samuel García se recordará por el final fallido.

Un pito no significa, necesariamente, un voto; como tampoco un like en Instagram se traduce, automáticamente, en respaldo electoral. La aparición constante y hasta exitosa en redes sociales de un gobernador no es una señal de gobernabilidad en su estado. La juventud, la inexperiencia, le está cobrando factura a Samuel García.

La candidatura de quien seguirá gobernando Nuevo León fracasó tres veces: deja a su partido en una crisis derivado de una salida en falso, demuestra una profunda falta de capacidad para operar su sustitución en su entidad, esto sumado a lo evidente: una aspiración que de ninguna manera iba a pasar del tercer lugar en la liza electoral de 2024.

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Primer fracaso: muchos grupos y liderazgos al interior de Movimiento Ciudadano no quedaron plenamente conformes con la decisión de la dirigencia nacional de postular como su candidato a la Presidencia a Samuel García. El gobernador no tuvo la habilidad para acordar un respaldo amplio de sus correligionarios.

El caso a destacar es el de Indira Kempis, quien en 2018 se convirtió en senadora al acompañar a García en la fórmula ganadora en Nuevo León. La Comisión Nacional de Convenciones y Procesos Internos de Movimiento Ciudadano le negó el registro para buscar la candidatura presidencial, por lo que interpuso un juicio en contra de su partido ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Samuel se impuso no sólo a Kempis, sino a otros seis aspirantes formales al interior del partido naranja: Javier Gerardo Limones Ceniceros, Ana María Moreno Hernández, Francisco Javier Rodríguez Espejel, la ambientalista Lorena Romo Vite, Benjamín Antonio Russek de Garay y Ernesto Miguel Sánchez Ruiz.

Segundo fracaso: que el PAN y el PRI ejercieran el poder que la ciudadanía de Nuevo León les otorgó en las urnas es algo que, al parecer, sólo tomó por sorpresa a García. Era previsible que la bancada opositora, unida, no permitiría una sustitución tersa en la gubernatura, y mucho menos que el gobernador dejará a un incondicional en el cargo mientras se iba en pos de la Presidencia de la República.

Hace ya varios meses, en enero, los votos de Movimento Ciudadano y Morena en el Congreso del estado fueron insuficientes para detener un proceso de juicio político en contra de García que impulsaron integrantes de la Comisión Anticorrupción de ese cuerpo legislstivo, acusándolo de abuso de poder y de no entregar en tiempo el presupuesto 2023.

Apenas en septiembre, el líder nacional del PAN, Marko Cortés, arremetió en contra del gobernador, en el marco de una jornada de violencia que produjo bolsas y hieleras con restos humanos arrojadas en los municipios de Monterrey, San Nicolás de los Garza, Apodaca, Juárez, García y Santa Catarina. “Ya ponte a jalar, Samuel”, fue el llamado.

Su sustitución en estas condiciones no podía ser suave, la operación política requerida simplemente se abandonó y se metió a una de las entidades federativas más importantes del país, por su desarrollo económico, en una situación innecesaria y lamentable de ingobernabilidad.

Tercer fracaso: la de Samuel sería, en todo caso, una candidatura testimonial. Diseñada para restarle algunos votos a Xóchitl Gálvez y garantizar el registro de Movimiento Ciudadano, pero de ninguna manera para ganar, ni de cerca, la Presidencia del país.

Claudia Sheinbaum no alcanza, por lo pronto, más del 50% de los votos, pero ronda en torno del 45%, en tanto que el conglomerado opositor fluctúa entre el 25% y hasta el 30% de las preferencias electorales. Movimiento Ciudadano se encuentra, ya sea con Samuel o incluso con Marcelo Ebrard, en un rango de entre 8% y hasta 12%. Muy relevante, por cierto, un 20% de indefinidos.

Nuevo León es un estado que destaca por su número de alternancias en la gubernatura, cuatro, la mayor cantidad que se ha presentado en México desde 1989, en un selecto grupo que comparte solamente con Michoacán, Nayarit y Tlaxcala.

Pero es, además, la única entidad en donde se ha presentado una alternancia no partidista y de ahí hacia un partido regional: después de intercambios entre el PRI y el PAN, un candidato sin partido (llamado independiente) ganó la gubernatura, Jaime Rodríguez Calderón, apodado “El Bronco”, quien sería sucedido por García, abanderado por Movimiento Ciudadano

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Las dos administraciones han padecido el síndrome de los gobiernos divididos, notorias fragilidades derivado de una inadecuada operación política en entornos no favorables debido a que una mayoría opositora es la que controla el Poder Legislativo.

En muy poco tiempo la candidatura de Samuel García se desplomó, lo hizo, de hecho, antes de que iniciara formalmente el periodo de campaña. Del exitoso fosfo-fosfo a un débil, blando, flácido fosfo-fofo en cuestión de días. El problema es que no hay sólo una afectación personal, sino que pone a todo un estado en crisis por una candidatura fallida.

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Nota del editor: Javier Rosiles Salas ( @Javier_Rosiles ) es politólogo. Doctor en Procesos Políticos. Profesor e investigador en la UCEMICH. Especialista en partidos políticos, elecciones y política gubernamental. Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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