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#ColumnaInvitada | El ajedrez emocional del voto: la imagen que gana elecciones

Con conexión emocional, los discursos políticos fluyen hacia el electorado. Pero no sólo es imagen personal. Los partidos también tienen impacto psicológico.
lun 20 noviembre 2023 07:00 AM
El ajedrez emocional del voto: la imagen que gana elecciones
La imagen política es una construcción compleja, y es fundamental en la competencia electoral. La población no tiene otra herramienta para conocer y confiar en los candidatos. Y tiene muy claro que sus discursos van y vienen, apunta Patricia Robles.

Observar es enjuiciar. Miramos un candidato o candidata y ya sabemos (o creemos saber) cómo es y qué esperar. Así funciona nuestra mente, es inescapable e inconsciente. La imagen es la compuerta de entrada y si ésta se cierra ningún mensaje entra.

Pongámoslo a prueba. ¿Cuánta gente tiene oídos para Peña Nieto actualmente? No muchos… Incluso si Peña cargara con las mejores soluciones para México entero, no encontraría foro para promoverlas, a pesar de haber sido el candidato “guapo”, “cercano” y “sencillo” que abanderó el regreso del PRI. Hoy en día se le ve como incompetente. Un cambio de imagen es poderosísimo para bien y para mal… ¿Qué pasó con López Obrador? Pasó de ser “el anciano enojado y necio” a tener una victoria arrasadora cuando transformó la rabia en la “república amorosa”.

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Con conexión emocional, los discursos políticos fluyen hacia el electorado. Pero no sólo es imagen personal. Los partidos también tienen impacto psicológico. Candidato y partido son una mancuerna. Ambos se potencian y, de nuevo, no sólo para ganar: también para perder.

Marcelo Ebrard parecía un candidato fuerte. Bastantes personas le seguían. Pero el distanciamiento de su partido desplomó su aprobación ¿Por qué? Es la misma persona, es el mismo candidato, y no cambió su agenda, ¿entonces? Su afiliación partidista le abría paso para ser escuchado. Hoy en día, para mucha gente, ya no es un candidato “inteligente”, sino que carga con la bandera de la “traición”. La imagen no es sólo cuestiones cosméticas o lenguaje corporal, también debe provenir de la afiliación política correcta. Nadie se imagina a un candidato del PAN diciendo “primero los pobres”, y si lo dijera alejaría a su propio electorado sin acercar al de Morena.

La dificultad para las mujeres

Los ciudadanos no conocen a las y los candidatos, y dependen de su imagen para confiar o no en sus palabras. Y, como en todo, en la imagen política hay desigualdades de género. Las candidatas suelen ser juzgadas con mayor dureza y con los mismos sesgos que sufren las mujeres en la vida cotidiana. Sandra Cuevas y Vicente Fox comparten un estilo arrojado y conflictivo. Una sobre cuatrimoto y el otro calzando botas, ambos insultaban a quien fuera necesario para mostrar que son el alfa de la manada. Fox ganó una elección presidencial; Cuevas ha sido repudiada por una buena parte de la gente. Por mucho que los tiempos hayan cambiado, se exige a las mujeres que mantengan una apariencia recatada y “femenina”.

Como ejemplo, tenemos a Claudia Sheinbaum, que pasó de las valencianas sostenidas con clips a un aspecto pulcro y a representarse con un logo muy semejante al de la franquicia Barbie. No le alcanzó con enumerar sus aciertos como ejecutora o sus logros como científica; tuvo que convertirse en una mujer arreglada e impecable para ser candidata presidencial.

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Delfina Gómez vivió algo semejante. Pintó su cabello encanecido durante la elección que ganó porque las canas no son lo mismo para un hombre que para una mujer. Para ella fueron señal de descuido personal en 2016; para su oponente, Alfredo Del Mazo, fueron muestra de sabiduría. Conectar con la población pasa por honrar la idiosincrasia e, incluso, los prejuicios comunes de la ciudadanía.

La imagen política es una construcción compleja, y es fundamental en la competencia electoral. La población no tiene otra herramienta para conocer y confiar en los candidatos. Y tiene muy claro que sus discursos van y vienen. “De lengua, me como un taco”, como reza el dicho. En este escenario, sus palabras deben sostenerse de una imagen sólida. Si ella falla, los mensajes no entran y las campañas se desploman.

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Nota del editor: Patricia Robles es Founder y CEO de Nosótrikas Tik Tank. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

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