De acuerdo con los reportes del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, 72% de quienes entre 2022 y este año han buscado ayuda por situaciones relacionadas con “canasteo” son mujeres.
Hace tres años, una investigación de la Universidad de Cataluña, publicada en la Revista Española de Investigación Criminológica, reveló que 24% de los casos de abuso sexual denunciados entre 1999 y 2016 se habían perpetrado bajo lo que la medicina forense denomina “sumisión química”: la administración encubierta y subrepticia de sustancias por terceros que causó a la víctima una situación incapacitante.
El pasado 6 de agosto, en un antro de Naucalpan falleció el empresario Iñigo Arenas, presuntamente luego de ingerir alguna sustancia tóxica colocada en su bebida con la intención de hacerle perder la conciencia. Seis empleados del lugar, cuatro mujeres y dos hombres, fueron vinculados a proceso por homicidio.
El caso puso en el centro de atención un aspecto central de la diversión nocturna, la seguridad en bares y antros, así como la importancia del autocuidado y la responsabilidad empresarial sobre lo que ocurre al interior de los establecimientos.
En ese contexto, el Consejo Ciudadano promueve el fortalecimiento de medidas de prevención para identificar diversos niveles de riesgo que se multiplican conforme avanza la noche.
Para evitar el “canasteo” el acompañamiento de personas de confianza es fundamental, como ocurrió con Fabiola —un nombre ficticio de una víctima que reportó a la Línea de Seguridad y Chat de Confianza, 55 5533 5533—, además de estar pendiente en todo momento de la bebida, acudir al baño acompañada y no aceptar tragos de extraños. En algunos bares de España ofrecen a los clientes un elástico para cubrir el vaso.