De la ficción al infierno real
En la plataforma Netflix se encuentra una serie de comedia bastante bien lograda, la nombraron “Servidor del pueblo” (2015-2019), donde el actor principal logra cautivar y enganchar fácilmente para continuar viendo los siguientes capítulos.
Se trataría de una sátira política extranjera más, si no es por lo interesante del resultado de la actuación del primer actor ucraniano Volodimir Zelenski.
Fue tanto el éxito de Zelenski al personificar a un presidente anticorrupción que, gracias a su actuación, llegó a ser electo presidente de Ucrania en el 2019, pero poco más de un par de años después, el presidente ruso Vladimir Putin le declaró la guerra, la cual continúa hasta hoy.
Es impactante cómo los problemas que aparecen en la serie cómica de Zelenski se han convertido hoy en una realidad que a nadie en el mundo hacen sonreír. ¿Cómo fue que un personaje ficticio logró trascender al ánimo de los votantes y hasta las urnas para llevar a un simple comediante hacia el puesto más importante de un país durante una crisis permanente? Es lo que puede ocasionar la pantalla y las “benditas” redes sociales, donde hasta un Donald Trump salió de la televisión y ganó la elección de su país y, aunque perdió la reelección, tiene grandes posibilidades de regresar en 2024.
En México, a partir de la llegada de Vicente Fox a la presidencia en el año 2000, la política nacional sufrió una caricaturización del puesto que se ostenta desde el Poder Ejecutivo, como nunca se había visto.
Los chistes y toda la comedia involuntaria que provocó Fox -incluso desde que era candidato-, lo convirtieron en un personaje que ocasionó carcajadas. La confrontación del panista con el entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, provocó un mar de cartones políticos. Pero lo que trascendió más en aquel tiempo, sin duda, fue un programa de comedia de Televisa: El Privilegio de Mandar, donde a través de parodias se burlaban de la situación política de aquel entonces.
El personaje de “el Peje” o “Gallito Feliz”, que parodiaba a López Obrador, fue magistralmente escenificado por el actor Germán Ortega, pero ocasionó el rechazo y enojo de AMLO con dicho personaje.
Fue tanta la aberración que tenía el tabasqueño por el programa televisivo que acusó a éste y su producción de participar en el llamado “fraude electoral”, donde Felipe Calderón fue declarado ganador de la elección en el año 2006.
En 2012 se acusaría a la misma televisora de construir la candidatura de Enrique Peña Nieto como una telenovela. Incluso, llegaron a asegurar que el priista se había casado con la actriz Angélica Rivera para continuar la estrategia.
¿Habrá caído en esa fantasía el país entero?
Tal para cual
Muy parecido es el escenario político en este 2023, solo que los papeles se han invertido drásticamente. Hoy, Andrés Manuel es presidente y desde su púlpito mañanero despotrica contra la revelación del momento: Xóchitl Gálvez.
Gálvez ha logrado provocar sonrisas en la oposición, lo cual la ha ayudado a colocarse como puntera y la más fuerte precandidata del Frente Amplio por México.
Para algunos expertos, Xóchitl es la némesis de AMLO, pues son tan parecidos en cuanto a su sentido del humor, que se convierte en una posibilidad real para competir contra la acartonada “corcholata favorita”, Claudia Sheinbaum.
El presidente ha basado su comunicación entre chistes y burlas a su oposición. Ha buscado que sus seguidores se rían de sus frases, continuando esa caricaturización de la política mexicana. Pero Gálvez ha logrado ser más subversiva y disruptiva, responde a cada comentario que surge desde Palacio Nacional con un chiste o una mofa todavía más combativa contra el Ejecutivo federal.
Si Xóchitl logra la candidatura tendremos unas muy animadas campañas electorales. Ella espera que sea Marcelo Ebrard el candidato morenista, pues por su buen funcionamiento en redes sociales, lo hace “el más divertido”, según la hidalguense.