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¿Desmemoria vs. propaganda?

El electorado está muy sesgado contra los partidos del frente opositor, en especial contra el PRI.
mar 18 julio 2023 11:59 PM
Elecciones 2024 oposición
La alianza se percibe como una opción sin propuesta, incongruente de parte del PAN y oportunista de parte del PRI, cuya única intención es sacar del poder a Morena, según un estudio que ofrece un retrato exhaustivo del electorado mexicano en la actualidad.

El viernes pasado Movimiento Ciudadano presentó ante su Consejo Nacional un estudio muy completo, basado en encuestas en 15,000 hogares y grupos de enfoque en 19 estados, que ofrece un retrato exhaustivo del electorado mexicano en la actualidad. Tuve acceso a dicho estudio hace unos días (entiendo que esta semana se estará dando a conocer públicamente) y encuentro en él cuatro datos cruciales para identificar el ánimo de los votantes y entender la lógica de las estrategias que podrían desplegar las fuerzas políticas en las semanas y meses por venir.

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El primer dato son los niveles de rechazo partidista. A la pregunta “¿por cuál partido nunca votaría en estos momentos?”, 49% responde PRI, 12% PAN, 9% Morena y 2% MC. Y a la de “¿qué sería lo peor que le puede pasar a México en las próximas elecciones?”, 56% dice que gane el PRI, 15% que gane el PAN, 11% que gane Morena y 4% que gane MC.

El segundo dato es sobre los atributos de las marcas partidistas. A la pregunta, “¿para usted que representa Morena?”, las palabras más frecuentes son cambio, ayuda, esperanza, bueno y bienestar. La misma pregunta para el PRI arroja corrupción, nada, malo y rateros; y para el PAN son corrupción, nada, malo y robo. Finalmente, las palabras que más se asocian con MC son cambio, futuro, nuevo y jóvenes.

El tercer dato se refiere al frente opositor. A la pregunta sobre qué imagen tiene la ciudadanía de la alianza entre PAN, PRI y PRD, 26% contesta buena/muy buena y 67% mala/muy mala. Y a la de si le gustaría que MC hiciera alianza con esos partidos, las respuestas son 18% sí y 73% no. La alianza se percibe como una opción sin propuesta, incongruente de parte del PAN y oportunista de parte del PRI, cuya única intención es sacar del poder a Morena.

Por último, el cuarto dato es respecto a los programas sociales del gobierno federal. La pregunta “¿usted o algún integrante de su hogar recibe algún apoyo del gobierno federal?” corta por la mitad: 50% indica que sí y 50% que no. Y a la pregunta, “¿usted considera que los programas sociales del gobierno federal ayudan a la gente que más lo necesita?”, 51% responde “sí, ayudan mucho”; 40% “sí, ayudan algo”; 8% “no, no ayudan”.

El electorado está muy sesgado contra los partidos del frente opositor, en especial contra el PRI. Para mejorar su competitividad, tendrán que optar por un bajo perfil y darle todo el protagonismo a la candidatura presidencial. Morena, en cambio, es un partido aventajado más allá de quien lo abandere, atractivo no tanto porque haya gobernado bien sino porque goza de una percepción muy positiva –parece lo mismo, pero no es igual–. MC, de acuerdo con sus propias cifras, es un partido que se cuece aparte y al que le convendría más ir solo que acompañando al PRI y al PAN. (El estudio se hizo antes de la entrada de Xóchitl Gálvez en la contienda y queda la pregunta de qué tanto su irrupción podría cambiar, no por encima sino de manera realmente significativa, las tendencias que registra).

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Si la apuesta del frente opositor hacia 2024 fuera la desmemoria, postular una candidatura novedosa y disruptiva que ayude al electorado a olvidar el desprestigio que acumulan los partidos tradicionales, la apuesta de la coalición oficialista sería la propaganda, repetir los “otros datos” del presidente y presumir que las encuestas los avalan aunque los hechos los contradigan. Ambas serían apuestas por encontrar una forma de “lavarse la cara”: en el caso del PRI y el PAN, por el legado de adversidad y descontento que dejaron sus gobiernos, sobre todo el de Calderón y Peña Nieto; en el caso de Morena y sus aliados, por la discrepancia entre lo ambicioso de su promesa y lo magro de sus resultados, sobre todo en materia de inseguridad y corrupción.

Para las oposiciones la campaña no se trataría de hacer autocrítica ni pedir perdón, sino de cobrarle sus fiascos al presidente (algo que la mayoría del electorado parece, en principio, renuente a hacer). Para el obradorismo, la campaña no consistiría en reconocer lo decepcionante de su gestión, sino en disimularlo apelando al agravio contra sus adversarios que todavía encarna la figura de López Obrador (incluso si eso implica usar, al margen de la ley, todo el poder y los recursos del Estado).

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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Opinión Política Partidos políticos Movimiento Ciudadano

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