Ecobici, un pulmón que pedalea
Como una solución a los problemas de congestión, contaminación, seguridad vial y habitabilidad de las ciudades del mundo, desde hace más de dos décadas se propusieron los sistemas de bicicletas compartidas. Estos sistemas han probado su efectividad para reducir emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y contaminantes locales, así como mejorar la calidad de la vida de las personas, porque son capaces de absorber la mayoría de los desplazamientos urbanos de menos de cinco kilómetros.
Los sistemas de bicicletas compartidas también han demostrado ser una opción de movilidad sostenible, asequible, eficiente, como una acción concreta sostenible; y la prueba es que, en el año 2021, había casi 3,000 sistemas de bicicletas compartidas en todo el mundo, que movilizan alrededor de 10 millones de bicis. A su vez, estudios aseguran que estos sistemas reducen hasta 30 veces las emisiones de un automóvil de combustión interna y 10 veces las de un automóvil eléctrico; de esta forma, ir en bicicleta una vez a la semana durante todo un año ahorra aproximadamente media tonelada de CO2.
En cuanto al impacto en salud, los sistemas de bicicletas públicas han ahorrado 109 millones de dólares en los últimos siete años, en beneficios para la salud y el bienestar de los ciudadanos, reduciendo el riesgo de obesidad y enfermedades no transmisibles asociadas, como enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Además, tiene contribuciones en la actividad física de sus usuarios, incluso en promedio pasamos de 47 a 82 minutos en actividad física, lo cual significa que logramos entre el 31 y el 55% de la actividad física recomendada por semana.
Los retos de la Ecobici
Los sistemas de bicicletas de préstamo aportan importantes beneficios al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Alternativas de gestión de la demanda como lo son los sistemas de préstamo de bicicletas, tienen un impacto significativo al objetivo de Ciudades Sostenibles, a través de la promoción del cambio modal, el acceso a sistemas de transporte integrado, un modo de transporte accesible y equitativo. También contribuye al ODS vinculado con la reducción de las desigualdades, a través de facilitar el acceso al transporte público asequible y eficiente. Sin embargo, este tipo de sistemas tiene retos ambientales, sociales, visto desde el modelo Avoid, Shift and improve (ASI), en español: Evitar, Cambiar, Mejorar
Por un lado, evita los viajes motorizados que tienen un impacto directo en la reducción de la congestión vehicular, y a su vez una disminución del consumo de combustibles fósiles que se convierten en emisión de GEI y contaminantes locales. Esto va acompañado de una planeación urbana que ponga en el centro de las decisiones al peatón y sus necesidades de movilidad. En el caso de Ecobici, este sistema de gestión de la demanda responde a la necesidad de hacer viajes cortos en un vehículo motorizado y ofrecer de opciones con menor impacto ambiental.
El otro aspecto importante es cuando hablamos del cambio modal, el sistema Ecobici deberá ser creativo y asertivo en las siguientes fases de expansión para provocar un cambio modal masivo en una de las ciudades más congestionadas del mundo, dotando de infraestructura adecuada para que los viajes en bicicleta sean aún más seguros y eficientes. Esto contribuirá a bajar a las personas del auto y subirlas al transporte público o los sistemas de este tipo. Los beneficios del sistema de transporte de bicis deberán ser suficientemente populares para seguir atrayendo más usuarios, ofrecer un servicios de calidad y planear una interconexión adecuada otro tipo de sistemas de transporte masivo.