A lo largo de los años el país ha visto un devenir de ciclistas, muchos de ellos en poblados rurales, ciclistas urbanos en las periferias que utilizan este medio de transporte por necesidad. Día con día en las grandes ciudades se comienza a manifestar un fenómeno: la congestión vehicular, el cual ha desencadenado otro, el dejar de utilizar el auto (sobre todo en viajes cortos) para realizar viajes en bicicleta.
#ColumnaInvitada | Se hace ciudad al pedalear. Día Mundial de la Bicicleta
El movimiento ciclista en México inició en 1989. Un grupo de amigos llamados Movimiento Bicicletero de México comenzó a pedirle al expresidente Carlos Salinas de Gortari mayor impulso a otras formas de movilidad. En 1998 irrumpió en la escena el movimiento Bicitekas, organización que comienza a realizar paseos nocturnos con el objetivo de concienciar a la población y reivindicar la movilidad del pedal; “es posible transportarse en bicicleta en la Ciudad de México”, decían ante la incredulidad de los amantes del automóvil.
En este mismo año presentaron al entonces delegado de la Cuauhtémoc, Jorge Legorreta, el Plan de Desarrollo de Ciclovías de la Condesa, plan que no se concretó; sin embargo, la lucha no terminó ahí y desde entonces se han tenido avances importantes que nos dan razones para abrazar la movilidad ciclista en México.
En 2009 el movimiento ciclista logró algo impensable en Guadalajara: unas 9,000 personas participaron en un recorrido nocturno, se veían, como dijo Neruda en su poema Oda a la Bicicleta, “sigilosas, veloces, transparentes; sólo movimientos del aire”. Parece que en México la rebeldía del pedal surge de la necesidad de movernos de formar más alegre, sustentable, y más libre, por eso es que nace desde la sociedad civil.
Aunque los viajes en bicicleta siguen sin ser muy representativos en lo que los técnicos llamamos reparto modal, es decir cuántos y quienes nos movemos y en qué medio de transporte, la Ciudad de México hoy es impensable sin ella (la bici). La última Encuesta Origen-Destino que realizó en 2017 el Inegi arrojó que se realizan aproximadamente 300,000 viajes por día teniendo aproximadamente un 2.7% del reparto modal en bici en la capital del país.
En CDMX, ECOBICI es un servicio indispensable para la movilidad sustentable, este proyecto se volvió referente en el mundo y está entre los más grandes de América Latina. Hasta ahora se han realizado más de 70 millones de viajes y la cifra cada vez aumenta. Este proyecto cuenta con 321,000 usuarios, contiene 480 estaciones y 6,500 bicicletas con una cobertura total de 38 km 2. Por día se realizan más de 30,000 viajes. La meta gubernamental para el 2024 es contar con 10,000 bicicletas.
El cambio de paradigma se logra también a través de la autoridad que se compromete con los espacios de oportunidad de una ciudad, en ese sentido, la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México (Semovi) ha tenido una labor clave. Sistemas como ECOBICI son un catalizador de la movilidad ciclista para la segunda ciudad más grande del continente. Las ciclovías de Avenidas como Paseo de la Reforma o Insurgentes son ejemplo de la relevancia que se ha otorgado a la movilidad ciclista: una victoria de la sociedad civil, de la autoridad, de nuestra ciudad.
Y sin embargo, a nivel nacional hay tareas pendientes, o para ser precisos ¿con qué ojos? Y no más ciclistas muertas. No existe en México presupuesto o fondo para implementar proyectos de movilidad no motorizada en las ciudades, lo que significa la pérdida de una gran oportunidad para la movilidad urbana sustentable y una condena para las pérdidas humanas debido a la inseguridad vial.
En el marco del Día Mundial de la Bicicleta preciso abrazar la posibilidad de replicar proyectos como Ecobici que, además, está viviendo el mejor momento de su operación debido al incremento en su calidad, servicio y tecnología.
Urge la implementación de técnicas para la pacificación del tránsito en nuestras ciudades, ciclovías o recuperación de espacio público. El Estado, la iniciativa privada, la academia y la sociedad en conjunto tienen una enorme responsabilidad y oportunidad para hacer ciudad al pedalear.
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Nota del editor: Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora .