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2024 y la 4T: ¿tiempo de mujer… por mujer?

La 4T ha tomado toda una serie de decisiones que, lejos de ayudar a la inclusión de la mujer, la han perjudicado.
lun 26 junio 2023 11:59 PM
2024 y la 4T: ¿tiempo de mujer… por mujer?
Hoy se discute si México está preparado para una mujer presidenta. ¡Por supuesto que sí! Pero, ¿solo por eso debe llegar cualquier mujer, independientemente de sus credenciales?, plantea Don Porfirio Salinas.

No cabe duda de que en el actual gobierno se ha avanzado en cuanto a representatividad de mujeres en cargos del gabinete federal. Al menos 16 mujeres han ocupado cargos relevantes, desde secretarías de Estado hasta posiciones en el gabinete ampliado. Más que cualquier sexenio.

Adicionalmente, desde 2018 se han tenido avances a nivel estatal en el número de mujeres que han llegado a gobernadoras. En este tiempo, 10 mujeres han asumido gubernaturas, incluida la Jefatura de Gobierno de la CDMX, y la difunta primera mujer gobernadora de Puebla.

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Asimismo, en el Congreso federal se tiene ya paridad tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado; y a nivel municipal, casi 30% de las alcaldías son ocupadas por mujeres.

Por supuesto, estos no necesariamente son logros de la 4T. Mucho tuvo que ver la reforma política electoral de Peña, que puso a nivel constitucional la obligatoriedad de paridad en las candidaturas; así como las dinámicas locales electorales del país.

Es claro que el número de mujeres participando en la vida pública y política ha incrementado de manera sustancial, al menos, desde las reformas de 2008 y 2011. Aunque, en cuanto a representatividad en el Ejecutivo federal, efectivamente fue a partir del sexenio actual.

No podemos negar que el presidente López Obrador ha incorporado a muchas mujeres en cargos clave. Pero, ¿esto significa que hay una verdadera visión de inclusión de la mujer? Por las políticas actuales, es evidente que no; de hecho, pareciera lo contrario.

La 4T ha tomado toda una serie de decisiones que, lejos de ayudar a la inclusión de la mujer, la han perjudicado. Ejemplos hay de sobra, como la cancelación de estancias infantiles, o la eliminación de fondos para los refugios que atienden a mujeres víctimas de violencia de género.

La incongruencia entre las políticas públicas del presidente y la incorporación de mujeres en cargos de relevancia solo revelan una realidad: las mujeres del gabinete no han sido nombradas para tener buen desempeño, sino para dar una falsa imagen pública de que se impulsa a las mujeres.

Esto, lamentablemente, no ayuda ni tantito a abatir el rezago histórico que tenemos en México de la participación laboral y económica de la mujer. Lejos de ello, muchos de los nombramientos presidenciales incluso perjudican esta lucha, por la baja calidad de quienes han sido nombradas.

Con tristeza podemos ver que la mayoría de mujeres en cargos federales han tenido, en el mejor de los casos, un pésimo desempeño que está costando mucho al país. Solo hay que ver áreas como la Energía o Educación, de los más grandes retrocesos; los magros resultados en Economía (tres titulares); o los fracasos en Medio Ambiente y Bienestar.

O la inequidad en el trato hacia Sánchez Cordero en su terrible paso por Gobernación; a diferencia del claro respaldo que sí se le dio al hoy suspirante Adán Augusto López.

Y en cuanto a gobernadoras y Jefa de Gobierno de la 4T, la historia no cambia mucho. La evidencia demuestra muy malos resultados en todas las entidades gobernadas por Morena (independientemente del género). Empezando, por supuesto, por la capital del país.

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Los problemas de la CDMX no solo no han sido abordados, sino que se han desbordado desde 2018. Logro no menor, dada la pésima conducción que tuvo Mancera el sexenio pasado. Basta con ver las vialidades deshechas, el transporte público colapsado, la inseguridad generalizada, la crisis de infraestructura y agua, entre muchos otros legados de la hoy suspirante.

A nivel estatal, no hay mucha diferencia en estados como Tlaxcala, Campeche, Guerrero, y un largo etcétera. Claro, la ineficiencia no es por el género; más bien pareciera ser el signo de la 4T.

Estamos ya en la carrera por 2024. No solo es la presidencia, es el Congreso de la Unión, son 31 congresos locales, nueve gubernaturas relevantes y más de la mitad de los municipios del país.

Para la carrera presidencial, la más visible, entre los cuatro suspirantes de la 4T ha tenido gran atención la ex Jefa de Gobierno. Se le ve no solo protegida del presidente, sino absolutamente sumisa, sin personalidad política propia.

En este contexto, es fundamental preguntarnos como sociedad. ¿Realmente esto es lo que buscamos para el país en materia de inclusión de género? ¿En verdad la 4T está beneficiando, o al menos representando, a las mujeres de México? ¿O es un juego más para el presidente?

Mujer por mujer no puede ser el criterio, porque entonces se vuelve un mero acto estético para tratar de quedar bien públicamente. Literalmente, para “taparle el ojo al macho”.

La 4T quiere hacer creer que es incluyente, cuando sólo han puesto mujeres de adorno para mantener control. Algo, por cierto, que el presidente hace con cualquier funcionario.

Pero la presidencia es demasiado relevante como para tener este juego. Hoy se discute si México está preparado para una mujer presidenta. ¡Por supuesto que sí! Pero, ¿solo por eso debe llegar cualquier mujer, independientemente de sus credenciales?

Claro que hay mujeres capaces, aptas para la Presidencia de la República. No pareciera ser la ex Jefa de Gobierno la idónea. Su récord en la Ciudad nos obliga a pensar cómo conduciría el país, de ser elegida la candidata oficial; algo de lo que, dada la misoginia del presidente, aún hay grandes dudas.

En temas tan delicados como lo es gobernar, no se trata de mujer por mujer ni de hombre por hombre. Lo hemos visto repetidamente con los últimos, al menos, cuatro presidentes.

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Tenemos la oportunidad histórica de elegir a la primera mujer presidenta de México. No nos equivoquemos. Hay muchas mujeres infinitamente más capaces para desarrollar la función pública en beneficio de las familias mexicanas.

Beatriz Paredes es el claro ejemplo de una mujer preparada, conocedora de los problemas de la sociedad, capaz de abordarlos. Y como ella, muchas mujeres que podrían dar grandes resultados en el gabinete. Ya no nos equivoquemos más, escojamos bien, y saldemos esta deuda histórica.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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