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#ZonaLibre | ¿Podrá Mario Delgado con la elección?

Desde que las “corcholatas” están libres por todo el país, buscando sumar voluntades y posicionarse, el nombre más sonado ha sido el de Mario Delgado, presidente del ahora “partidazo”.
mié 21 junio 2023 06:01 AM
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Mario Delgado cumplirá tres años como dirigente morenista, uno de los retos más complicados que le pueda suceder a cualquier político en este país, señala Caleb Ordóñez.

La onda de calor que azota al país en realidad envuelve a todo el planeta. Nos tiene en plena confusión y malestar.

Cada semana se han roto récords de altísimos grados en Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas y hasta en la Ciudad de México. Sobre todo es en zonas en donde no se había registrado tanto calor que la confusión reina: ¿cuándo pasará esta ola infernal? ¿Cada año estaremos condenados a vivirla por causa del calentamiento global o es una situación extraordinaria y temporal?

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Y donde hace mucho calor, pero por el fuego amigo y las confrontaciones cada día, más aguerridas entre grupos políticos, es en el partido Morena.

Desde que las “corcholatas” están libres por todo el país, buscando sumar voluntades y posicionarse, el nombre más sonado ha sido el de Mario Delgado, presidente del ahora “partidazo”.

Delgado cumplirá tres años como dirigente morenista, uno de los retos más complicados que le pueda suceder a cualquier político en este país.

Los triunfos avasalladores del partido del presidente (16 gubernaturas) también han llegado acompañados de problemas centrados en las constantes divisiones que suelen sufrir en la izquierda. Actualmente, hay más municipios en la Ciudad de México gobernados por la oposición que por el morenismo.

Elegir candidato, un reto titánico

Para nadie es un secreto que los precandidatos a la candidatura a la presidencia tienen todos los recursos y capacidades para lograr una campaña ganadora. Como partido y coalición, Morena tiene todas las encuestas a su favor.

Pero antes de la campaña constitucional, poco a poco hemos visto cómo la batalla se centra en dos personajes, completamente distintos en su forma de hacer política: Claudia Sheinbaum contra Marcelo Ebrard. Todo supone que será un choque de trenes.

Ambos tienen una plataforma nacional bien constituida y el financiamiento no deberá ser un problema para ambos.

El ambiente desde el día uno ha sido enrarecido por la posición del juez en esta gran gresca. Muchos desconfían en que Mario Delgado pueda sortear fácilmente el reto que tiene, por las complicadas condiciones que diariamente se presentan.

La elección interna para elegir al "coordinador de los comités de defensa de la Cuarta Transformación" no tiene las reglas tan claras. Mientras que algunas encuestadoras serias le dan la ventaja a Marcelo Ebrard, otras igual de populares dicen que es Claudia Sheinbaum la favorita.

Nadie sabe cómo harán los precandidatos para transparentar sus donaciones y los gastos -que por la complejidad de la contienda suponen serán millonarios-.

Ni las mismas “corcholatas” saben qué pueden decir en sus discursos. Y esto quedó claro cuando Ebrard prometió construir la Secretaría de la 4T y propuso que el hijo de AMLO estuviera al frente, una ocurrencia del tamaño de la ignorancia que impera. Dicha pifia le costó al excanciller haber sido amenazado por el mismo Mario Delgado. Una llamada de atención nada amistosa y que denota la tensión.

A pesar de la intrigante y cada vez más desaseada contienda, el corazón del árbitro late por ser Jefe de Gobierno de la capital del país. Lo ha intentado tres veces y ha tenido que bajar la cabeza en cada una de esas posibilidades esfumadas.

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Delgado sabe que si hace un buen papel durante estos meses, el presidente lo premiaría con esa -muy- anhelada candidatura. Prácticamente todos sus más fuertes adversarios están imposibilitados para participar: Luis María Alcalde tiene una responsabilidad gigante como secretaria de gobernación y Martí Batres no puede ser candidato en 2024. Solo quedarían Omar García Harfuch y Clara Brugada. Pero claro, también habrían de sumarse Ricardo Monreal y Gerardo Fernández Noroña, si no son elegidos para “la grande”.

Trabajo mata grilla

El dilema de todo árbitro es no caer en provocaciones. Y esta situación tiene en las cuerdas a Mario Delgado.

No es ningún novato. Tiene muchos años en política y conoce muy bien a todos los personajes que hoy compiten por ser la “corcholata” ganadora.

¿Estará a la altura de no caer en favorecer a alguno? Es demasiado lo que está en juego y él sabe que su futuro político inmediato depende de su actuación y la pulcritud con la que pueda conducir la elección interna más complicada de la historia moderna de un partido político.

Mario Delgado deberá ser sumamente prudente y no caer en protagonismos. Ser garante de un sistema blindado donde las encuestadoras muestren de manera absoluta, y sin dudas, que se hizo un trabajo quirúrgico y profesional.

Estará en la capacidad de Delgado evitar a toda costa una división que ponga en riesgo el triunfo de partido en el 2024.

Si un simple video filtrado de Claudia Sheinbaum regañando a Alfonso Durazo puso a temblar la débil unidad, ¡cuánto más será cuando la guerra sucia entre equipos de campañas se desate!

El predicamento que tiene Mario Delgado puede hundirlo o catapultarlo. Se encuentra en uno de esos momentos donde, como mediador, tendrá que sacar todo el oficio político y técnico, a fin de no convertirse en el verdugo o en el enemigo público del morenismo. Millones de ojos lo observan.

¡Vaya rifa del tigre que se ha ganado!

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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