No se trata, por lo menos aquí, de hacer una defensa del PRI y de pugnar porque sobreviva, sino de analizar la situación de un partido que guarda su permanencia en el sistema político mexicano desde hace casi 100 años, si se consideran sus tres versiones: Partido Nacional Revolucionario (1929), Partido de la Revolución Mexicana (1938) y PRI (1946). Será la ciudadanía quien decida la muerte del priismo, y, por lo pronto, cuenta con un respaldo mínimo, pero suficiente para subsistir.
No cabe duda de que el futuro del PRI se encuentra en su fuerza territorial y en lo que pueda retener en lo local. Es verdad que ha perdido muchas gubernaturas de manera constante: en 2021, Campeche, Colima, Guerrero, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas; en 2022, Hidalgo y Oaxaca.
Pero no se debe perder de vista que en 2018, en pleno “tsunami” electoral de Morena, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador logró más de 30 millones de votos, el 53.2% de la votación total, incluso ahí el PRI mostró su poder local. Hay un proceso muy interesante: al PRI le fue mucho mejor que a Morena en el nivel de las presidencias municipales.
Mientras que Morena ganó el 75.4% de los municipios en la elección presidencial, sólo ganó 17.45% de las presidencias municipales que estuvieron en disputa durante ese año (1, 605). Por lo que respecta al PRI, ocurrió justo lo contrario: si bien en la elección presidencial no le fue nada bien, pues sólo triunfó en el 10.31% de los municipios, su votación se incrementó de manera notable en municipios en donde su gobierno estaba en disputa: ganó en el 32.02%.
Más allá del innegable triunfo de Morena en el Estado de México, hay un dato a destacar. En 2021, el PRI logró un volumen de votos de un millón 667,867 en la contienda por las diputaciones locales, frente a un millón 894,464 de Morena. En 2023, en la elección por la gubernatura, ciertamente Morena aumentó de manera importante su caudal de sufragios: obtuvo dos millones 187,099, pero también lo hizo el PRI: logró un millón 750,795, esto es, un incremento de casi 83,000 votos respecto de 2021.
De hecho, los partidos que se “cayeron” en el Estado de México fueron el PAN y el PRD entre la elección de 2021 y la de 2023. El partido del sol azteca pasó de 240,705 sufragios a 183,227, en tanto que el panismo pasó de 845,989 votos a 701,573. La gran tragedia, desde luego, es para el PRD, que le compite apenas a un partido local como lo es Nueva Alianza, que logró 119,937 votos. Ambos están en riesgo de perder el registro.
Habrá que decir que la alianza PAN, PRI y PRD logró resistir el 4 de junio la fuerza de Morena y pudo ganarle en distritos locales que habrá que analizar de manera detenida: Valle de Bravo (10), Ciudad Adolfo López Mateos (16), Huixquilucan (17), Tlalnepantla de Baz (18), Naucalpan de Juárez (30, 32), Toluca (34), Metepec (35) y San Miguel Zinacantepec (36).