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Unid@s por la transición

La propuesta central de Unid@s y Va por México es regresar a la senda de la transición democrática por la que el país caminaba hasta hace poco, con todo lo que eso implica para bien y para mal.
mié 19 abril 2023 06:01 AM
Unidos presenta acuerdo entre aspirantes de la oposición
El colectivo Unid@s presentó el 17 de abril de 2023 a sus 13 presidenciables.

Unid@s es un conglomerado de organizaciones de la sociedad civil: algunas de ellas, claramente ligadas a la clase política (como el Frente Cívico Nacional de Guadalupe Acosta Naranjo y Demetrio Sodi); otras, vinculadas al empresariado (como Sí por México de Gustavo de Hoyos y Claudio X. González); y unas más que encuentran su origen en la indignación de sectores importantes de las clases medias altas con el gobierno del presidente López Obrador (como Sociedad Civil México).

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Poco a poco, Unid@s ha ido ganando protagonismo en la vida pública nacional. Fue uno de los principales convocantes a las marchas en defensa del INE y se ha ido constituyendo en una fuente de presión importante para orientar la actuación de los partidos de Va por México (PRI-PAN-PRD). Asimismo, está buscando posicionarse como el brazo de la sociedad civil y el pegamento de la coalición opositora rumbo a la elección presidencial de 2024.

He seguido con detenimiento las actividades de Unid@s en las últimas semanas, particularmente el lanzamiento de su visión de futuro para México, intitulada “Que nadie se quede atrás”, y la organización del foro “Unidad y Gobierno de Coalición”, en el que participaron varios aspirantes presidenciales, como Lilly Téllez, Claudia Ruiz Massieu, Enrique de la Madrid, Santiago Creel o Beatriz Paredes.

Luego de revisar a consciencia dicha agenda programática y asistir al foro, me atrevo a decir que la propuesta central de Unid@s y Va por México es regresar a la senda de la transición democrática por la que el país caminaba hasta hace poco, con todo lo que eso implica para bien y para mal.

Dejaré al lector dirimir si el proceso de transición democrática fue positivo o negativo para el país. Me limitaré a apuntar dos elementos sobre él.

Primero, en México, la apertura política y económica estuvieron estrechamente ligadas, por lo que el giro neoliberal y la transición democrática terminaron por ser parte de un mismo proceso y un mismo programa. Por tanto, las élites políticas e intelectuales que impulsaron la transición se centraron específicamente en el desarrollo y la protección de los derechos políticos y las libertades económicas por encima de otros derechos, como los sociales y los laborales.

Segundo, los dos pilares del programa democrático de la transición mexicana fueron un pluralismo político con ciertos límites y un sistema electoral robusto, que garantiza elecciones razonablemente justas y brinda facilidades para la participación ciudadana.

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Con ciertos matices y diferencias entre ellos, me parece que la propuesta de Unid@s y de quienes participaron en su foro es recuperar el programa de la transición, aunque balanceando el elemento liberal (antes desproporcionado debido al neoliberalismo ortodoxo) con el elemento igualitario (antes prácticamente ausente).

Incluso, el documento y los participantes del foro recuperaron el lenguaje y los modos de la transición: la apología de todo lo “ciudadano”, la insistencia sobre el supuesto carácter “apartidista” de Unid@s y el énfasis excesivo en el pluralismo y en la importancia de contar con un árbitro electoral imparcial, que proviene de la visión acotada de la democracia que imperó durante la transición.

En otras palabras, me quedo con la impresión de que la propuesta de Unid@s es que México se reincorpore al camino por el que transitó desde los noventa hasta 2018 (el régimen de la transición), aunque corrigiendo aspectos particulares, sobre todo en lo concerniente a la desigualdad socioeconómica. Esto no es un juicio de valor sobre el régimen de la transición (cosa que haré en otro texto). Se trata, más bien, de una aclaración: quien revise “Que nadie se quede atrás” y quien escuche el foro de la coalición encontrará algunas propuestas valiosas y dignas de discutirse con seriedad, pero no hallará una visión de futuro distinta a la imperante durante las últimas décadas, ni tampoco una ruta para construir un Estado de bienestar o un gobierno socialdemócrata.

En una frase simple y llana: más de lo mismo. Y cómo no iba a ser así si los principales líderes de Unid@s y Va por México son, precisamente, los impulsores de la transición a la democracia: participaron activamente en el proceso y siguen defendiendo su programa.

Santiago Creel fue quien admitió esto más abiertamente en el foro: se asumió como un artífice fundamental de la transición y se propuso como el líder idóneo para retornar a esa senda.

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La generación de la transición sin duda consiguió algunos logros (con los que podemos estar de acuerdo o no, pero ésa es otra historia). Sobre todo, enarboló una agenda, impulsó ideas, defendió un proyecto y desplegó una visión de futuro para cambiar al país, cosas nada menores y prácticamente ausentes en nuestra vida pública actual. No obstante, sorprende y decepciona la total ausencia de autocrítica: lejos de asumir que las fallas del proyecto que impulsaron nos condujeron a la situación actual (desigualdad, violencia, desencanto con la democracia y un largo etcétera), proponen que retomemos el camino por el que transitábamos para arreglar los problemas de país.

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Nota del editor: Jacques Coste (Twitter: @jacquescoste94) es historiador y autor del libro ‘Derechos humanos y política en México: La reforma constitucional de 2011 en perspectiva histórica’, que se publicó en enero de 2022, bajo el sello editorial del Instituto Mora y Tirant Lo Blanch. También realiza actividades de consultoría en materia de análisis político. Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

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