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#ColumnaInvitada | La coyuntura económica

Aún cuando el peso se encuentra en una buena situación respecto al dólar, esta condición no es suficiente para celebrar la situación actual de la economía mexicana.
vie 17 febrero 2023 06:00 AM
Sigue fuerte
No basta con tener un peso fuerte. Será indispensable atacar de raíz la inflación que tanto lastima a los que menos tienen, apunta Armando Ríos Piter.

Aún cuando durante los últimos meses del 2022 muchos economistas preveían una recesión prolongada en los Estados Unidos, los primeros meses de 2023 han modificado las expectativas. Los pronósticos de crecimiento se han planteado ligeramente al alza, mientras que, por su parte, la expectativa de inflación ha decrecido.

El avance del mercado laboral estadounidense y el impulso que éste ha dado a su economía son factores que mejoran la perspectiva para el presente año. No obstante, esta situación estará aparejada con la decisión de la Fed (Reserva Federal de Estados Unidos), de continuar su revisión de la tasa de referencia al alza, con el fin de continuar su control inflacionario.

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Mientras tanto, en México la inflación para enero del presente año se ubicó en 7.91%, situación que ha golpeado en el poder adquisitivo. Con el fin de detener el incremento sostenido de los precios de bienes y servicios que sufrió la economía a lo largo de prácticamente todo el año pasado, el gobierno ha tomado diversas decisiones en torno al Paquete contra la Inflación y la Carestía (Pacic). Desafortunadamente, éstas no han tenido los resultados esperados, por el contrario, se han abierto algunas áreas de riesgo que es indispensable tener presentes. Tal es el caso de la importación de alimentos sin regulación sanitaria.

Con el fin de frenar el alza de precios, se abrió el mercado mexicano a la introducción de bienes de consumo que según el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), debido a la falta de certificación sanitaria, incrementan el riesgo de que ingresen al país enfermedades o plagas por la importación de mercancías pecuarias.

Las consecuencias sanitarias, económicas, políticas y sociales de esta situación, podrían ser devastadoras para diversos sectores productivos del país. A esta medida se sumó la reciente y muy polémica alza en tasas anunciada por la Junta de Gobierno del Banco de México la semana pasada.

El Banxico incrementó su tasa de interés en 50 puntos base. Con ello, la tasa de interés de referencia se ubicó en 11%. La autoridad monetaria explicó que el proceso de desinflación ha sido más lento de lo previsto y reconoció que la llegada al objetivo puntual de 3% se ha alejado. El anuncio provocó que el peso recibiera un impulso tras el anuncio, por lo que la moneda mexicana terminó en 18.77 unidades.

Diversos analistas criticaron la medida, pues aseguraron que le pasará “una cara factura al gobierno”, toda vez que el presupuesto 2023 tiene proyectada una tasa promedio de 8.9%. Con la actual, habrá una mayor distracción de recursos para el servicio de deuda gubernamental.

Por otro lado, muchos son escépticos respecto a la eficiencia real de la medida. Al ser principalmente los segmentos de alimentos y alimentos procesados, los que mayores presiones internas han detonado en el alza de precios, es probable que estos rubros no muestren mucha sensibilidad al incremento de tasas, por lo que no haya disminución en los precios de estos rubros.

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Sirvan estas consideraciones para subrayar que, aún cuando el peso se encuentra en una buena situación respecto al dólar, esta condición no es suficiente para celebrar la situación actual de la economía mexicana. La inflación empieza a afectar fuertemente a la población más pobre y especialmente a los estados del sur del país.

No basta con tener un peso fuerte. Será indispensable atacar de raíz la inflación que tanto lastima a los que menos tienen. Una ruta es incrementar y mejorar la oferta de alimentos, sin los riesgos sanitarios señalados. Sin embargo, por encima de esta coyuntura, México necesita articular una política de largo aliento, que aproveche el fenómeno de relocalización territorial, para dar pauta a una política industrial y laboral que profundice nuestros nexos con Estados Unidos y Canadá. Ahí está la verdadera oportunidad para crecer. Desafortunadamente, la actual administración ha sido lenta para actuar en consecuencia.

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Nota del editor:

El autor es abogado y economista, fue diputado federal, senador de la República y aspirante a una candidatura independiente a la Presidencia.

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