En cuanto al gasto gubernamental, los ramos que tendrían un mayor incremento de recursos son Turismo (el Tren Maya recibiría 116% más que los que tuvo en 2022), Semarnat (con un incremento real del 44% destinado a proyectos de infraestructura de agua potable, alcantarillado y saneamiento), así como Bienestar (donde destaca el programa de adultos mayores, mismo que recibiría 36% adicional al presente año).
El subsidio al AIFA será del doble al que recibió en 2021, con un total de 836.2 mdp., mientras que el monto destinado a la Refinería de Dos Bocas es aún mayor (2,234 millones de pesos) al que tuvo en el presente año. Cabe destacar que las pensiones implican un costo significativo, toda vez que representan 20.4% del gasto total gubernamental (dos de cada diez pesos) y que por sí mismas representan un reto importante en las proyecciones de finanzas públicas para los próximos años.
Aún cuando las autoridades hacendarias han reiterado que “las estimaciones y proyecciones empleadas por la SHCP para la elaboración del Paquete Económico de 2023 son prudentes y brindan a la administración un margen de maniobra para realizar ajustes” en caso de que así se requiera, sin poner en riesgo los recursos requeridos para la inversión física y social, lo cierto es que la mayoría de los expertos y analistas económicos consideran que no se alcanzará el 3% de crecimiento el próximo año. Ante una recesión en Estados Unidos, es altamente probable que la caída en el crecimiento económico de la región, afecte también a nuestro país.
Dada la ausencia de nuevos impuestos, la discusión ha girado principalmente en torno a posibles incrementos en el gasto, provocadas principalmente por los proyectos prioritarios del gobierno federal. Dado que las previsiones originales no se han cumplido en los años previos, prevalecen dudas sobre el incremento en costos no previstos en 2023.
De esta forma, la refinería de Dos Bocas, el AIFA y el Tren Maya son vistos como factores de riesgo para el equilibrio fiscal del próximo año. De la misma forma, si se pretende mantener el subsidio a la gasolina, aún cuando el precio de petróleo se ajustara a la baja, la sanidad de las finanzas públicas estaría en riesgo.