El oficialismo bajo distintas presiones, chantajes y triquiñuelas logró doblar a legisladores de la oposición para alcanzar los votos. Dos mujeres que dieron cátedra en el pleno e hicieron valer su palabra y congruencia, y de manera valiente encararon al poder, fueron las senadoras Claudia Ruiz Massieu y Beatriz Paredes, quienes junto con su coordinador Osorio Chong la votaron en contra.
Ruiz Massieu pronunció un discurso firme que dejó boquiabierta a la mayoría morenista, pues no solo rechazó con los argumentos y cifras en la mano por qué no debía ampliarse el plazo de la Guardia Nacional en las calles, sino que les propinó fuertes dosis de autoridad moral. Fiel a sus intachables formas, conjugó la historia con la verdad y le esbozó en su cara el error que estaban a punto de cometer.
Tal fue la agudeza de sus palabras, que la bancada de Morena hizo gala de su molestia y desesperación. Félix Salgado Macedonio se lanzó contra la senadora e hizo comentarios ruines sobre su familia.
No cabe duda de que cuando los argumentos se acaban, las descalificaciones son las que priman. Pero el senador olvida que las groserías y descalificaciones no agravan a quien insulta, sino que describen a quien la dice.
Se vienen grandes procesos de cambios que revelarán las verdaderas identidades e intereses. Por el bien del país, la oposición debe seguir frenando los excesos y abusos del poder presidencial. Enhorabuena por Claudia y los legisladores que votaron como les dictó su razón.
El pasado martes se ganó a propios y extraños en el emblemático auditorio para los priistas, Plutarco Elías Calles; las ovaciones más sonoras fueron cuando dijo: México quiere una oposición que no se venda ni se doble. Así como cuando dijo que la militarización no es la solución. ¡Quihúboles…!, así como lo están leyendo.