Por un lado, parece positivo que la Ley de Ingresos no tenga nuevos impuestos ni incrementos en los ya existentes, aunque se ven incentivos específicos para impulsar la economía.
México es el único país de América Latina que no ha podido recuperar la situación económica previa a la pandemia, por ello propongo una serie de incentivos para impulsar la inversión y reactivación económica, los cuales no están en el Paquete Económico propuesto.
Entre las áreas de oportunidad, está la propuesta que se basa en escenarios poco realistas e imprecisos, lo que hace partir de un déficit en el ingreso de 1.2 billones de pesos. Entre las imprecisiones detectadas, el gobierno federal espera un crecimiento de 3%, cuando especialistas lo ubican entre 1.4% y 1.5%. Respecto a la inflación, tanto en la estimación al cierre de este año, como lo que pasará en 2023, hay diferencias considerables entre lo que espera el gobierno federal y lo que plantea Banxico, como institución especialista en el tema.
Por lo tanto, preocupa que esos escenarios imprecisos puedan implicar futuros recortes presupuestales, al no contar con los recursos esperados, y esto afecte áreas estratégicas.
Además, temas como educación, salud y seguridad son los que requieren un impulso importante desde el presupuesto. En el caso de salud y educación, se contemplan incrementos del 4% y 5% en términos reales que esperamos se destinen a mejorar la calidad en ambos servicios.
Mientras que, en la seguridad, preocupa que el incremento sea para la Secretaría de la Defensa Nacional, Sedena (continuando con el enfoque militarista que plantea el actual gobierno federal) y que esto no contemple a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, a pesar de que es indispensable fortalecer las policías estatales y municipales, en un escenario de crisis en materia de inseguridad en donde se requieren estrategias para garantizar la seguridad pública, no la militarización.