De acuerdo con un estudio de UBS, el 90% de los ejecutivos cuyas compañías operan parcialmente en China tienen intención de reubicarse. Entre ellos, el 23% considera a México. Si bien es positivo que México sea una alternativa natural, los ajustes no se han dado de esa manera. China ha perdido el 4.4% de sus exportaciones hacia Estados Unidos, de lo cual México ha capitalizado menos del 0.5%, mientras que países como Vietnam y Taiwán aumentaron sus exportaciones hacia dicho país en alrededor de 1% cada uno.
La región de América Latina y el Caribe (ALC) tiene una oportunidad única para atraer mayor inversión en la medida en que los salarios han aumentado en parte de Asia, además del componente geográfico y la diferencia de horario entre regiones. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, ALC podría aumentar sus exportaciones anualmente en 78 mil millones de dólares gracias al nearshoring. De dicha cifra, México sería capaz de atraer casi la mitad, destacando industrias como la automotriz, textil, farmacéutica y de energías renovables.
México ha desarrollado una ventaja competitiva que le brinda la posibilidad de cambiar las tendencias de importación de Estados Unidos. La mano de obra mexicana es clave, no sólo por sus bajos costos, sino por las altas tasas de productividad y calidad de los trabajadores mexicanos. Ésta, sumada al T-MEC y a los beneficios arancelarios, representan factores muy atractivos para el nearshoring. Del mismo modo, las cadenas de suministro con nuestros socios comerciales garantizan rapidez y seguridad a la inversión, ofreciendo también la comodidad y garantía que conlleva la cercanía geográfica.