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#ColumnaInvitada | El cántaro de la conflictividad social aún resiste

El presidente no modificará sus prioridades presupuestarias ni las de su agenda pública y es probable que su popularidad continúe estable en lo que resta de su administración.
mar 09 agosto 2022 05:59 AM
(Obligatorio)
Durante más de tres años, el presidente ha fijado la agenda política del país a través de diversos mecanismos, siendo el más efectivo las conferencias mañaneras, señala Andrea Molina.

El dicho “tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe” hace referencia a los tiempos en que no había agua en las casas, por lo que había que ir a la fuente a recogerla en un cántaro, hasta que este se rompía, ya fuese por desgaste o por algún desafortunado accidente que acababa haciéndolo trizas. En el caso de México, la conflictividad social no ha estallado y no creo que sucederá pronto o, al menos, no en el sexenio actual.

Durante más de tres años, el presidente ha fijado la agenda política del país a través de diversos mecanismos, siendo el más efectivo las conferencias mañaneras. Más allá de los temas que trata, la manera en que los aborda ha servido para articular la agenda del oficialismo, así como para ajustar la información a conveniencia.

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Se ve a un presidente fuerte, con un estilo de liderazgo que le brinda una profusa credibilidad. El nivel en su popularidad lo refleja: la última encuesta de aprobación de El Financiero en junio de 2022 lo posiciona en 57%. Sus atributos mejor calificados: honestidad y liderazgo.

¿Esta estrategia de comunicación persuasiva se ve reflejada en la conflictividad social? En los temas más importantes de la agenda pública, sí, toda vez que los resultados materiales de esta administración en distintos rubros no parecen concordar con los bajos niveles de conflictividad.

Integralia Consultores realiza, todos los días, una búsqueda hemerográfica y una recolección de datos de las protestas sociales en el país, con el objetivo de calcular el riesgo que implican para la gobernabilidad de México, la toma de decisiones empresariales, la rentabilidad de proyectos y la confianza para invertir de las empresas.

Por ejemplo, la categoría en que las protestas sociales han disminuido de forma más importante es la de aquellas asociadas con motivos de salud, pues han pasado de 388 en el primer semestre de 2021 a 57 en el mismo periodo de 2022, es decir, 331 menos.

Sin embargo, los datos oficiales señalan que, del primer cuatrimestre de 2017 al mismo periodo de 2022, las consultas en el INSABI pasaron de 28 millones a solamente 5 millones. Además, de acuerdo con el colectivo Cero Desabasto, sólo durante el primer trimestre de 2022, el IMSS ha negado más recetas que todas las que negó en 2019.

De modo similar, disminuyó la conflictividad social por casusas asociadas a la provisión de servicios públicos: del primer semestre de 2021 al primer semestre de 2022, pasó de 868 a 573 protestas, es decir, 295 menos. Esto parece ir en línea con los datos de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2021, que muestra que hubo un aumento en el nivel de satisfacción de los ciudadanos con los servicios públicos, salvo excepciones como la disposición de agua potable (-2.3%) o el acceso a la energía eléctrica (-1.6%).

En el rubro económico-laboral, la conflictividad social también se redujo: de 1331 protestas en el primer semestre de 2021 a 1058 protestas en el primer semestre de 2022, es decir, 273 protestas menos. Esta disminución resulta sorpresiva, puesto que la percepción de que la situación económica del país se encuentra “mal” o “muy mal” pasó de 45% en el primer semestre de 2017 a 50% en el mismo periodo de 2022.

Por último, en materia de seguridad, la conflictividad social también descendió: del primer semestre de 2021 al primer semestre de 2022, pasó de 370 a 132 protestas, o sea, 238 menos. El dato llama la atención, pues la percepción de la situación de seguridad es muy negativa (son 67% quienes creen que está “mal” o “muy mal”, según la última encuesta de El Financiero) y las cifras oficiales son brutales: el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) indica que el primer semestre del 2022 ha sido el más violento en lo que va de la administración actual.

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¿Qué sigue? El presidente no modificará sus prioridades presupuestarias ni las de su agenda pública y es probable que su popularidad continúe estable en lo que resta de su administración, a menos que suceda algo extraordinario. Por ende, no se prevé que la conflictividad social sufra variaciones importantes.

Sin embargo, surge la pregunta: ¿qué sucederá una vez que termine la presidencia de López Obrador? La o el siguiente presidente se enfrentará a retos muy importantes en los rubros descritos, además de una situación fiscal estrecha y una popularidad que difícilmente alcanzará los mismos niveles que su antecesor.

En un escenario político de tal complejidad, y sin la aprobación personal y el liderazgo de López Obrador, el cántaro de la conflictividad social podría romperse en el siguiente sexenio. Por tanto, la presión para el sucesor o la sucesora de AMLO será enorme. Sea del partido que sea, tendrá que dar resultados pronto.

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Nota del editor: Andrea Molina (@a_molina2610) es consultora especializada en conflictividad social en Integralia Consultores (@Integralia_MX). Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

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