El simple relato suena como parte de un guion de una película de Hollywood, pero continúa con una declaración aún más contundente, pues aseguró que él mismo amenazó al secretario mexicano con implementar el 25% de aranceles a todas las importaciones mexicanas si AMLO no desplegaba los soldados.
El magnate cerró el tema narrando que Ebrard contestó: “¡Señor, sería un honor tener 28,000 soldados en la frontera! ¡Sería un honor tener ‘Quédate en el Maldito México’! ¡Queremos tener ‘Quédate en México!”.
Pienso que es importante tomar en cuenta cada una de las palabras del testimonio de Trump, pues su escarnio contra el gobierno mexicano fue fuertemente aplaudido y apoyado por el público presente.
Ante esto, Ebrard respondió pronto –por causa del fuego amigo y los rumores de su salida al frente de la Cancillería-, pero sin rechazar que ese supuesto episodio hubiera ocurrido. En su cuenta de Twitter escribió: “…Es un hombre en campaña, agitando el anti-mexicanismo que lo caracteriza. Lo que nos califica son los hechos no sus dichos”.
A pesar de que Trump no ha claudicado políticamente, desde que salió por la parte trasera de la Casa Blanca, poco se había hablado en nuestro país del precandidato a la presidencia por el partido republicano en el 2024. Y no solo en México, el hecho de no contar con redes sociales populares –por su expulsión en Twitter, Facebook e Instagram- habían silenciado de alguna manera al polémico expresidente.
Sin embargo, el neoyorquino parece haber retomado una antigua carta que le funcionó por años y que aún tiene vigencia: el odio a los mexicanos.
Biden, ¿al rescate?
Ante las elecciones intermedias que sufrirá Estados Unidos en noviembre para renovar el Congreso, Trump se convertirá en el personaje más influyente de su partido, con la misión de apoyar a sus candidatos y arrebatar espacios a los demócratas.
Y aunque el presidente López Obrador señale que “no permitirá que México sea utilizado como piñata”, la realidad es que el discurso en contra de los inmigrantes, de los países latinoamericanos, ya se ha posicionado en todos los candidatos republicanos, que pelearán también por algunas gubernaturas.
Esta nueva arremetida de Trump tendrá una vigencia mínima de dos años más, pues cuando AMLO deje el poder, muy probablemente Trump estará en plena campaña para regresar a su antiguo puesto.
Esto son pésimas noticias para López Obrador y su equipo. Si durante dos años la relación con el polémico político fueron espinosas, ahora lo tendrá como un adversario más que no tendrá reparo por criticar a la llamada 4T, sumándola a su acto de stand up o monólogo, en una crítica constante para ridiculizar a nuestro país, como le funcionó siempre. Y ahora, él tendrá sus propios recuerdos, sean ciertos o no.