Sin embargo, que el partido o la coalición del presidente no alcance mayorías calificadas no es un obstáculo infalible para hacer reformas constitucionales. Al contrario, una de las grandes ironías de la historia constitucional mexicana es que hubo más reformas durante los 20 años de democracia y gobierno dividido que mediaron entre 1998 y 2018 (i.e., cuando el partido o coalición del presidente no tuvo mayorías en el Congreso) que en cualquier etapa del régimen autoritario de partido hegemónico.
El promedio de reformas por año durante esas dos décadas fue muy superior al de cualquier otro periodo previo.

Otra ironía es que en lo que va del siglo XXI los dos presidentes que mayores porcentajes de votación obtuvieron en sus elecciones, que más expectativas de “cambio” y “transformación” generaron entre la ciudadanía, son los que menos reformas a la Constitución han logrado concretar.
Si bien es cierto que a López Obrador todavía le quedan 28 meses en el cargo, la composición partidista de las Cámaras y la prevalencia de un contexto político poco propicio hacen que sea realmente magra la posibilidad de que consiga consumar otra reforma constitucional de aquí a que termine su sexenio.
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De ser así, Calderón y Peña Nieto habrían logrado más cambios a la Carta Magna durante la primera mitad de sus respectivas administraciones que López Obrador durante todo su periodo.

Fuente: Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM. / ( https://www.juridicas.unam.mx/legislacion#ref-cronologico ))