Manifestantes con pancartas y altavoces expresando su apoyo, manifestantes con pancartas y altavoces manifestando su rechazo; invitados especiales recorriendo la magna obra separados de las protestas; funcionarios defendiendo orgullosos la misma; críticos de la administración explicando las fallas de todo lo realizado; cientos de trabajadores apurando pendientes mientras que con discursos grandilocuentes se realiza la inauguración de la obra; así fue el domingo 22 de agosto de 2004 en la apertura de un tramo del segundo piso del Periférico, primera gran infraestructura del entonces jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador: un diario capitalino sintetizó “Politizan inauguración”.
Meses de confrontación, de explicaciones y de solicitudes de información sobre un gasto millonario; crispación por las acusaciones de irregularidades en los contratos que hasta la fecha siguen sin aclararse, todo fue pausado ese día con un discurso de conciliación de López Obrador: “Por nuestra parte no hay deseo de confrontación, mucho menos odios o venganzas; nuestra mano abierta, franca para buscar la unidad”, expresó ese domingo el hoy presidente.