A nivel regional, RSF reveló que existe un deterioro generalizado de la situación en América Latina, pues "con algunas raras excepciones, el entorno laboral de los periodistas, que ya era hostil y complicado antes de la crisis del coronavirus, se ha deteriorado aún más".
"La crisis del coronavirus ha actuado como un acelerador de la censura en América Latina y ha creado serias dificultades para acceder a información sobre la gestión de la epidemia por parte de los gobiernos de la región", apunta el informe de Reporteros Sin Fronteras.
"Estas limitaciones se han traducido en un espectacular deterioro del indicador que mide las dificultades de acceso a la información para los periodistas. Además, Latinoamérica registra este año el peor retroceso (el +2,5%) entre los indicadores regionales", agrega.
La edición 2021 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, de RSF, apunta que la principal vacuna contra el virus de la desinformación, el periodismo, está total o parcialmente bloqueada en el 73% de los países analizados.
Por causa -o con el "pretexto"- de la crisis sanitaria, los periodistas se enfrentan a un "cierre de accesos" tanto a las coberturas sobre el terreno como a las fuentes de información, advirtió RSF.
Por quinto año consecutivo, Noruega ocupa el primer lugar de la tabla de esta clasificación, aunque los medios han señalado una falta de acceso a la información pública sobre la pandemia. Finlandia conserva la segunda posición, mientras que Suecia recuperó el tercer puesto, que perdió en 2020 ante Dinamarca.
Mientras que Turkmenistán (178 lugar) y Corea del Norte (179), en el continente asiático, así como Eritrea (180) en África, ocuparon los tres últimos lugares en esta clasificación: los peores lugares para ejercer el periodismo.