Desde que ocurriera hace un par de días, la imagen del presidente de México derramando lágrimas al recordar las dificultades por las que ha tenido que atravesar su familia durante su ya larga vida de servicio público ha sido objeto de diversas críticas.
Hay quien ha comparado a López Obrador con López Portillo. No sé qué tan justa sea esa comparación. Hay de lágrimas a lágrimas.