Escribo la estampa de este jueves sin conocer aún el resultado del partido entre México y Panamá. Espero que México haya ganado. El futbol no es solo un divertimento casual. No lo es para la afición mexicana dentro del país y no lo es –mucho menos lo es– para la afición que sigue al equipo en Estados Unidos.
La presencia de México en un Mundial ilusiona a millones. Habrá quien diga que esa ilusión es absurda o infantil. No estoy de acuerdo. La afición al equipo nacional implica, para millones de mexicanos, una filiación a una identidad en común. Por eso, ojalá haya ganado México.