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#ColumnaInvitada | Revocación de mandato: la importancia de la participación

El ejercicio del próximo 10 de abril sentará un precedente histórico. Puede ser el parteaguas para una democracia sana y una participación ciudadana sólida.
dom 23 enero 2022 11:59 PM
Firmas por la revocación
Esta semana, el INE informó que ya se alcanzó el número de firmas necesario para que proceda la consulta revocatoria.

Un acto fundamental de la democracia o de los procesos democráticos es el de, a través de esta, darle voz y posibilidad de diálogo a las y los ciudadanos, sea cual sea su postura ideológica, dentro del sistema de fuerzas políticas que interactúan en la transformación de un país.

A lo largo de la historia, se han diseñado diferentes mecanismos que otorgan el derecho a la ciudadanía a tomar decisiones, a participar en la toma de decisiones a nivel local, regional, nacional y transnacional. Algunos de los mecanismos de democracia directa son el plebiscito, el referéndum y la consulta popular.

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Dentro del marco de nuestro país, está la consulta como nuevo mecanismo en el cual se insta a la ciudadanía a manifestarse sobre algún tema de interés nacional; la realización de cada ejercicio nos ofrece una oportunidad para revisar y encontrar mejoras a estos instrumentos de participación ciudadana. Solo con la participación constante de la ciudadanía es posible alcanzar una sociedad democrática y paritaria.

La revocación de mandato, como instrumento de participación directa, proviene de Suiza y data de 1862, aunque únicamente la pueden usar seis de las 26 provincias o cantones. De ahí la retomó Estados Unidos, con sus respectivas restricciones, puesto que es para uso estatal y no federal. En teoría, el ejercicio de revocación de mandato es una discusión que va de la población hacia los dirigentes, es decir, su dirección es de abajo hacia arriba.

Ahora en México, la ciudadanía ha participado y se ha cumplido en esta primera etapa con el requerido del artículo 7 de la Ley Federal de Revocación de Mandato, el cual exigía una participación del 3% de la lista nominal, que corresponde a 2 millones 845,000 personas. Lo siguiente es que el Instituto Nacional Electoral (INE) realice visitas aleatorias para corroborar directamente en los domicilios las firmas que respaldan la revocación de mandato.

Implementar estos ejercicios de participación directa, más allá de ofrecer el instrumento para evaluar el desempeño de las y los gobernantes a la ciudadanía, es también un recordatorio de la importancia de su participación en las decisiones que afectan a toda la población, porque la elección sobre quién dirige el país, de quienes toman decisiones dentro de nuestros municipios o alcaldías y estados, es de suma importancia, y el poder de su voto puede decidir sobre su continuidad o revocación del cargo que con votos se otorgó.

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Dada la envergadura y el impacto de esta decisión, es responsabilidad de las instituciones del Estado mexicano otorgar los instrumentos y las garantías para que se realice como lo establece nuestro marco legal, con los recursos disponibles, cumpliendo los mismos estándares con los que se organizan los comicios, y garantizar el ejercicio de los derechos político-electorales de la ciudadanía, con los mismos principios rectores de legalidad, certeza, imparcialidad, objetividad, independencia, máxima publicidad y equidad de género.

Estos instrumentos son perfectibles y deben estar sujetos al análisis, abiertos a propuestas de mejoramiento, como se propone en el artículo 12 de la ley antes mencionada; con el fin de reunir y alcanzar la cantidad necesaria de apoyos a determinada propuesta, el INE tiene la facultad de desarrollar y permitir el empleo de instrumentos tecnológicos que sean de fácil acceso para la ciudadanía en general.

En un futuro, cuando nuestro marco legal permita el uso de las nuevas tecnologías para facilitar la participación y agilizar muchos procedimientos, por supuesto, considerando la brecha digital, se podrá lograr que en el mediano y largo plazo se normalice la participación digital en consultas ciudadanas.

Mientras llegamos a ese lugar, debemos considerar que la inminente consulta de revocación de mandato del 10 de abril sentará un precedente histórico. Este puede ser el parteaguas para una sana democracia, con una participación ciudadana más sólida, lista para utilizar las herramientas para hacer valer sus derechos político-electorales y cumplir cabalmente con el artículo 39 de nuestra Constitución, asumiendo que su participación política debe ser algo recurrente y permanente, exigiendo la rendición de cuentas a sus autoridades, y mateniéndose vigilante del ejercicio de los poderes públicos.

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Nota del editor:

La autora es consejera electoral en el Instituto Nacional Electoral (INE).

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.

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