Hace cinco años, el presidente Enrique Peña Nieto se reunió con Barack Obama y Justin Trudeau en Ottawa. Fue una cumbre relativamente productiva y cordial, recordada, entre otras cosas, por el extraño intercambio de saludos que hoy ilustra nuestra Estampa. La confusión entre los tres líderes de Norteamérica acaparó buena parte de la discusión pública, como si la forma y sus tropiezos fueran más importantes que el fondo y la sustancia.
Eran otros tiempos.