En su partido, el PRI, entró desde abajo y llegó hasta la presidencia en uno de los momentos más complejos, el proceso de la elección presidencial en 2018. Por “dignidad y congruencia”, como él lo indicara, renunció tras los malos resultados de ese año. Eso le ganó el respeto de sus correligionarios que lo eligieron coordinador de la bancada en diputados.
Fue un luchador hasta el último momento. Su última lucha política, el combate a la pandemia, fue también su última lucha personal. En uno de sus discursos en San Lázaro denunciaba los debates inútiles diciendo: “allá afuera la gente se está muriendo y nosotros aquí estamos perdiendo el tiempo en diatribas y descalificaciones innecesarias”. René Juárez, un atleta y hombre saludable pasó sus últimos meses combatiendo esa enfermedad nefasta que tanto daño nos ha hecho y el lunes 26 de julio falleció en la Ciudad de México.
El martes se realizó un homenaje de cuerpo presente en el Congreso y todos los líderes sin importar el color le dedicaron emotivas palabras y compartieron sus vivencias con él. Dulce María Sauri, con quien trabajara muy de cerca los últimos años, señaló, “René nos hizo pensar que un niño que vendía en la costera podía llegar a ser gobernador”, “nos deja la imagen de una piel oscura, orgullosamente afromexicana, corriendo por las playas de Acapulco, rumbo a las olas de la eternidad de los recuerdos y de los afectos
Recordaremos a René con el anhelo de que sí es posible otro México, como el que soñó. Descansa en paz.
La mezquindad tiene domicilio en Insurgentes Norte
El que no llegó al homenaje en San Lázaro, fue el presidente del PRI, Alito Moreno, quien justificó su ausencia por estar en Perú en la COPPPAL. En cambio, muchos de sus compañeros diputados, senadores de varios partidos, el actual gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, y hasta el presidente de Morena, con quien coincidió en el Senado y en esta legislatura, sí estuvieron en primera línea acompañando a la familia de René. Bueno, hasta el presidente López Obrador dedicó un mensaje en sus redes sociales a Juárez Cisneros.
Una de dos: o Don Alito tuvo miedo de que la dignidad y la congruencia fueran contagiosas, y al final tuviera que renunciar a su cargo. O no gusta mucho la propuesta de Juárez de que “los dirigentes dirijan y los legisladores legislen”.
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