El común denominador lo que ha ocurrido en estas últimas semanas de la 64 Legislatura es que son acciones (muy tardías, por cierto) que hacen notar cierta independencia del Congreso con respecto del gobierno, pues se trata de temas muy sensibles para la 4T.
Esto sugiere que la disciplina no es tan fácil de mantener (incluso para Morena) cuando los legisladores han dejado de estar amedrentados por sus partidos con la amenaza de perder sus puestos en comisión, sus bonos o sus candidaturas. Las posiciones políticas y los asientos para la siguiente legislatura ya están repartidos, lo cual les ha permitido a los legisladores hacer su trabajo sin esa camisa de fuerza partidista que los tuvo actuando durante los últimos tres años con mucho tiento para no incomodar al gobierno.
Diputados promoviendo la rendición de cuentas a través de exhortos, acciones de inconstitucionalidad, posicionamientos e incluso la ejecución de un juicio de procedencia, es algo que debimos haber visto a lo largo de toda la legislatura. Sin embargo, estos actos que corresponden a un congreso autónomo y fuerte solo se ha podido dar hasta que muchos de nuestros representantes ya no tienen nada que perder.
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Nota: Sergio A. Bárcena es doctor en Ciencia Política por la UNAM. Especialista en Poder Legislativo. Investigador del Tec de Monterrey y director de la asociación Buró Parlamentario.
Buró Parlamentario es una asociación civil que busca vigilar al Poder Legislativo promoviendo una ciudadanía informada, activa y participativa.
Twitter: @BuroParlamento
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