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AMLO contra la prensa y la prensa ante la defensa de un derecho

Este 3 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Libertad de Expresión, conviene revisar la vigencia de ese derecho en medio del clima actual de confrontación con la prensa.
lun 03 mayo 2021 11:59 PM
Ataques a la prensa
La prensa ante las críticas del presidente.

“Prensa Fifí”, “muerden la mano de quien les quitó el bozal”, “hampa del periodismo”, “manipuladores”, “medios conservadores”, “pasquines al servicio del conservadurismo”, las frases, ya se sabe, son ejemplo de la forma en cómo el presidente Andrés Manuel López Obrador califica a la prensa cuando ésta publica una nota que no le favorece a su gobierno. En paralelo, el presidente ha declarado y ofrecido: “No reprimiremos a nadie, no habrá censura”. ¿Es válido calificar a los medios como “pasquines” o a sus periodistas como “hampa” y decir que no hay censura?

La libertad es un derecho que se garantiza o se impide. No se puede presumir que un gobierno “No Censura” con argumentos copiosos en amenazas. Cabe recordar el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

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El asunto no es la anécdota de unos cuantos adjetivos emitidos por el presidente, es de fondo. Al desacreditar a la prensa desde la llamada “primera tribuna del país”, el ejemplo se replica, dirigentes partidistas de Morena –los que han transitado por esa posición– han hecho suyas las palabras de “prensa vendida” y en las redes sociales se confirma el efecto multiplicador. Se puede hacer el ejercicio de escribir en un buscador de internet la frase “Chayotero en Twitter” y le aparecerán cerca de 80,000 posteos detectados en .36 segundos.

¿De dónde viene la motivación a la actual situación?, ¿por qué se ataca a la prensa desde el poder? Una posible respuesta a las dos preguntas se obtiene con una premisa de la cultura popular: “El que nada debe, nada teme”. Es decir, la respuesta simple es porque la esencia de la prensa es denunciar los abusos del poder y si quienes ocupan –por un momento– esos espacios cometen abusos y éstos son expuestos en los medios, entonces los encargados de los gobiernos simplemente no verán con buenos ojos a la prensa y tratarán de desacreditarla.

Lo anterior resulta simple, pero es complejo. La intentona se convierte en un síntoma: mientras más se ataque y se desacredite a la prensa será porque en el fondo se sabe que hay mucho por publicar y quien ejerce el poder buscará que lo publicado carezca de credibilidad.

Ahora bien, la libertad de expresión no es un beneficio que permita un gobierno o algún funcionario, se trata de una garantía de derechos asentada en la Constitución.

En el artículo 6o. se detalla: “La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley. El derecho a la información será garantizado por el Estado” (negritas del autor).

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Y el artículo 7o. “Es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio. No se puede restringir este derecho por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares”.

En la simpleza de lo establecido en los dos artículos arriba citados queda de manifiesto que la garantía constitucional se ejerce cotidianamente en México, y hasta el momento no se ha conculcado, pero el espíritu de esa norma descansa en el respeto y la promoción de esa libertad desde el poder. Criticar a los medios cuando una cobertura no es favorable o cuando informan algo que molesta al ejercicio del poder es la confirmación de la necesidad de mantener vigente ese derecho.

La propia organización Artículo 19 presentó en días recientes el análisis Distorsión: el discurso contra la realidad, el cual ya fue referido en este sitio en otra columna de opinión , sin embargo, destaco un párrafo introductorio de ese estudio:

“A dos años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, persisten dinámicas de estigmatización de la prensa, censura, violación de los derechos humanos y el debilitamiento o abandono de las instituciones creadas para hacer contrapeso al poder”.

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El fondo del asunto es el contrapeso. Antes se decía que la prensa era el Cuarto Poder. En el actual gobierno y sobre todo en recientes días hemos sido testigos de medidas que tienen por objetivo difuminar el contrapeso del Poder Judicial, concretamente la reforma que extiende el periodo del ministro presidente Arturo Zaldívar.

Ese cambio aprobado por el Poder Legislativo confirma que el Poder Ejecutivo ya se sobrepuso al Legislativo y busca “comprometer” al Poder Judicial. En ese contexto, conviene a todos mantener vigentes los artículos 6o. y 7o. de la Constitución y mantener vigente el derecho a la libertad de expresión.

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Nota del editor: el autor es jefe de información en Expansión Política.

Las opiniones en este artículo son responsabilidad única del autor.

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